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EL GRUPO DE INGENIERÍA BIOMÉDICA INICIA UN PROYECTO PARA DESARROLLAR UNA HERRAMIENTA QUE DETECTE DE MANERA AUTÓMATICA LA CAPACIDAD COGNITIVA DE LOS NIÑOS

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

El Grupo de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Valladolid da los primeros pasos del Proyecto COGNITION, un ambicioso proyecto que busca desarrollar una herramienta (software) que permita de manera casi automática obtener la capacidad cognitiva de los niños mediante un electroencefalograma (EEG) nocturno y extraer información (actividad eléctrica del cerebro).

Y para ello, estará centrado en los pacientes pediátricos que padecen apnea del sueño, ya que hay numerosos estudios que hablan de un descenso de esta capacidad en los niños que la padecen.

Este proyecto forma parte de la convocatoria “Retos-Colaboración del Programa Estatal de Investigación, Desarrollo e Innovación Orientada a los Retos de la Sociedad 2017”, que financia el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional.

Está liderado por la empresa Oxigen salud S.A y cuenta con la participación del Grupo de Ingeniería Biomédica y la Unidad del Sueño del Hospital Río Hortega de Valladolid.

Con el estudio se quiere determinar de manera objetiva el grado de daño cognitivo que sufren estos niños y poder además de esta manera aplicar el tratamiento más adecuado a las necesidades de cada paciente. 

En primer lugar, el proyecto abordará un estudio con un total de cien pacientes infantiles que padecen apnea en Valladolid a los que se les analizará las señales biomédicas en sus propios domicilios mientras duermen con el apoyo de la Unidad del Sueño del Hospital Río Ortega y la colaboración de la empresa Oxigen Salud S.A.

Los resultados que se obtengan se sumarán a los otros 600 casos de pacientes pediátricos analizados en la Universidad de Chicago, con la que grupo de la UVa mantiene una estrecha colaboración.

En este caso, el estudio se ha realizado en el hospital y no en sus domicilios y serán utilizados por el Grupo de Ingeniería Biomédica para establecer la relación entre el EEG nocturno, la apnea del sueño y el rendimiento cognitivo de los niños.

Con el nuevo test de estimación de deterioro cognitivo CIT (por sus siglas en inglés), permitirá que los médicos especialistas puedan determinar de manera objetiva el grado de daño cognitivo que sufren los niños con apnea del sueño infantil.

El Grupo de Ingeniería Biomédica obtuvo el Premio de Investigación 2016 del Consejo Social por su extensa y prolífica actividad investigadora y su intensa relación con el tejido productivo que favorece la transferencia de conocimiento

Un estudio sobre el lenguaje en los niños con pérdida auditiva congénita desarrollado en la Facultad de Medicina de la UVa, Premio FIAPAS 2018

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

El Grupo SERENDIPIA, del Grado de Logopedia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid, ha recibido el Premio FIAPAS 2018 otorgado por la Confederación Española de Familias de Personas Sordas por su proyecto de investigación sobre el “Desarrollo del lenguaje en niños con detección temprana de la hipoacusia neonatal”.

El trabajo analiza la evolución y el desarrollo del lenguaje oral, de un grupo de niños y niñas detectados y diagnosticados precozmente de una pérdida auditiva congénita (hipocausia bilateral prelocutiva), dentro del Programa de Detección Precoz de la Sordera Infantil, y que se han beneficiado de una intervención temprana. Entre otras conclusiones, el estudio señala que, en torno a los siete años de edad, con carácter general, este grupo de niños había alcanzado unos rangos normalizados de lenguaje.


“Estamos investigando cuándo el lenguaje y la comunicación de los niños con discapacidad auditiva detectada al nacer, se equiparan con la de los niños oyentes, y sospechamos que es a la edad de los siete años, según las pruebas que les estamos haciendo. En los primeros años de vida hemos visto que hay un desfase lingüístico muy importante, hasta que se les ponen los recursos adecuados (implantes cocleares, audífonos, etc.) para que el niño comience a escuchar y se inicia la intervención logopédica.

Una vez hecho esto, detectamos que la distancia entre unos y otros se acorta, y hacia los siete años ya se normaliza, de forma que hay niños con 12-13 años que tienen un lenguaje oral y una comunicación estupenda para la pérdida auditiva que tienen, comparable con la de los niños oyentes”, señala la doctora Belén Santiago, profesora del Dpto. de Pedagogía en el Grado en Logopedia de la UVa y coordinadora del Grupo SERENDIPIA.


Para realizar el estudio se constituyó en el año 2015 en la Facultad de Medicina de la UVa, un equipo de trabajo del que forman parte logopedas y estudiantes de este Grado, codirigido por la propia Belén Santiago; el doctor José Ignacio Benito Orejas, del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Clínico Universitario; y el psicólogo, Ángel Luis Sánchez Rosso.


Desde entonces han analizado a más de 75 niños con discapacidad auditiva a los que desde los tres hasta los 15 años, les someten a pruebas de lenguaje para comprobar su expresión, articulación, lectoescritura o discriminación auditiva; y comprobar su evolución comparándola con 80 niños oyentes de ese tramo de edad que participan también voluntariamente en el Proyecto como individuos de control.


Las pruebas realizadas sirven para “hacer una foto fija y saber cómo están los niños, presentando en ocasiones mayor alteración del lenguaje de lo que los padres piensan”, señala Belén Santiago, quien insiste en la importancia de la detección precoz para poder intervenir de forma inmediata: “El `ya hablará´ no lo podemos permitir, eso era antes.

A partir del año ya tienen que empezar a decir palabras, si sospechamos algo hay que llevarlo al pediatra para que lo derive al otorrino y ver si tiene una pérdida auditiva. Desde luego ahora mismo con todo lo que se conoce sobre este tema, no hay que perder un minuto, la detección precoz es fundamental y los beneficios a la larga son estupendos”.


La coordinadora del Grupo de SERENDIPIA apunta también algunas señales de alerta que pueden delatar que hay pérdida de audición entre los niños: “Según la edad varían los síntomas, pero la familia debe desconfiar cuando un bebé no se sobresalta con un ruido fuerte, si la voz de la madre no le tranquiliza, no se gira cuando alguien le habla o ante ruidos familiares, no balbucea, o reacciona más positivamente a las vibraciones y al tacto, que al sonido.


A partir de los dos años, si no presta atención a los sonidos del entorno y está como muy metido en su actividad y todo el ruido parece que no va con él, no entiende órdenes sencillas sin apoyo visual, hay que consultar con el pediatra.

Y si a pesar de estas señales llega a los 4-5 años sin un diagnóstico, el hecho de no sepa contar lo que le pasa o mantener una conversación sencilla, o si su lenguaje no es comprensible para su entorno; si en el cole son niños con falta de atención y de concentración, síntomas confundidos a veces con problemas de aprendizaje, hiperactividad o falta de estimulación lingüística, son señales que deberían alertarnos.


Además, hay que vigilar a aquellos niños con frecuentes otitis serosas, y como norma, se recomienda explorar la audición de todos aquellos niños con poca capacidad de atención, falta de interés por las tareas escolares o se muestren poco comunicativos”.


El Proyecto ha puesto de manifiesto la importancia de la detección precoz de la pérdida auditiva, así como de una temprana y adecuada adaptación protésica e intervención logopédica, y la extraordinaria importancia que tiene la colaboración y participación activa de la familia en todo el proceso de rehabilitación, ya que cuando este pilar falla, los resultados en la adquisición y el desarrollo del lenguaje no son tan halagüeños.


También ha servido para detectar la dificultad que tienen los jóvenes con discapacidad auditiva en la lectoescritura, lo que ha generado que el Grupo haya abierto una nueva línea de investigación para medir esta competencia. “Queremos evaluar cómo es la lectoescritura en estos chicos porque muchas veces a simple vista parece que tienen un lenguaje estupendo, una comunicación fluida para el día a día, pero hemos visto que en la lectoescritura, en la elaboración de textos, por ejemplo, en la redacción de exámenes tienen dificultades”, concluye Santiago.


Además del reconocimiento del Premio FIAPAS, el Proyecto ha logrado cinco becas del Ministerio de Educación y Cultura y de la Uva; la publicación de dos artículos en revistas especializadas (Revista de investigación en Logopedia y Revista de ORL), tres comunicaciones nacionales y seis TFG (en el Grado en Logopedia de la Uva); y una ayuda para el proyecto de investigación en Biomedicina seleccionado para desarrollar en los centros de la Gerencia Regional de Salud de Castilla y León en 2018. GRS 1497/A/17″.


Premio FIAPAS


La Confederación Española de Familias de Personas Sordas – FIAPAS es una organización sin ánimo de lucro, con implantación estatal, que constituye la mayor plataforma de representación de las familias de personas sordas de nuestro país. Desde hace 16 ediciones otorga el Premio FIAPAS con el que reconoce las labores de investigación en deficiencias auditivas, de aplicación en las categorías de Sanidad, Educación y Accesibilidad.


En esta edición, el Jurado integrado por un comité científico formado por Eulalia Juan, audióloga en el Hospital Son Llàtzer de Palma de Mallorca; la Dra. María José Lavilla, presidenta de la Comisión de Audiología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL); el Dr. Jaime Marco, presidente de la SEORL; Carmen Jaúdenes, directora de FIAPAS; y Jose Luis Aedo, presidente de FIAPAS, otorgó el Premio FIAPAS en la categoría de Educación al Grupo SERENDIPIA de la Universidad de Valladolid.

UN ESTUDIO PROFUNDIZA EN LOS SÍNTOMAS DEL TDAH EN NIÑOS DE CUATRO A SEIS AÑOS

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

Un grupo de investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad de Valladolid (UVa) y de la Universidad de Talca (Chile) ha profundizado en un estudio en los factores generales y específicos del TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) en niños de cuatro a seis años. El fin último de este trabajo de investigación básica es aumentar el conocimiento en torno al TDAH en edades tempranas, una información relevante para el desarrollo de estrategias de evaluación y tratamiento precoz.

El TDAH es el más frecuente de los trastornos que afectan al neurodesarrollo infantil. Su diagnóstico es complejo, dependiendo en alto grado de la práctica particular del profesional encargado de realizar la valoración, y en general suele realizarse en la enseñanza Primaria. 

“El TDAH es un trastorno difícil de diagnosticar y, aunque hay bastantes pruebas estandarizadas, por desgracia no se suelen observar protocolos de evaluación estandarizados. Por ejemplo, algunas de sus manifestaciones son coincidentes con las de otros trastornos, e incluso con condiciones no necesariamente patológicas, como puede ser un periodo limitado de estrés agudo. También es un trastorno cuyas manifestaciones conductuales son altamente heterogéneas y mutables a lo largo del ciclo vital”, explica el profesor de la UVa que ha participado en el estudio, Benito Arias. 

A su juicio, un proceso de diagnóstico exhaustivo debería incluir un amplio rango de pruebas estandarizadas (por ejemplo, de inteligencia, función ejecutiva, atención, signos neurológicos blandos, etc.), así como entrevistas al menos con padres y maestros, registros de conducta y observación directa del niño.

Diagnóstico en edades tempranas
En el marco de un proyecto de investigación en TDAH financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDECYT) del Gobierno de Chile, los investigadores han estudiado qué modelo de medida es más apropiado para describir los 18 síntomas del TDAH que propone el manual de la Asociación Americana de Psiquiatría en niños de cuatro a seis años, edad muy por debajo de la recomendada para el diagnóstico. También se trató de conocer si la expresión de dichos síntomas es apropiada para evaluar niños en este rango de edad.

El equipo aplicó un enfoque psicométrico, utilizando como herramienta principal los modelos exploratorios de ecuaciones estructurales (ESEM, siglas en inglés de Exploratory Structural Equation Modeling). 

El estudio, que se ha prolongado a lo largo de un año, ha obtenido interesantes resultados. El primero es que se replicó en niños pequeños la misma estructura interna que la obtenida por otros estudios en niños mayores, adolescentes y adultos. “Esta estructura estaba compuesta por un factor general de TDAH y tres factores específicos (inatención, hiperactividad e impulsividad), lo que es relevante en cuanto que la literatura anterior, utilizando otros modelos, ha encontrado grandes problemas para encontrar una estructura estable del TDAH en prescolares”, señala Benito Arias, profesor del departamento de Psicología de la Universidad de Valladolid. 

Por otro lado, se ha revalidado un factor general de TDAH. “Esto quiere decir que los síntomas observables se organizan internamente en torno a un núcleo común a todos ellos, más que en torno a dos aspectos cualitativamente distintos (hiperactividad y déficit de atención). Esto acerca la conceptualización del trastorno a través de sus conductas manifiestas, a propuestas realizadas desde otras disciplinas científicas”, apunta el profesor de la UVa, quien agrega que, por ejemplo, el modelo psicométrico del TDAH con un factor general y factores específicos propuesto puede establecer nexos directos con modelos neurológicos del TDAH.


Líneas de investigación futuras
El equipo de investigación trabaja desde hace siete años en el campo del TDAH y su objetivo es seguir profundizando en diversas líneas. Por un lado, tratarán de replicar los resultados obtenidos en este rango de edad, y también comprobarán el funcionamiento longitudinal del modelo propuesto mediante medidas repetidas en diferentes edades. 

Por otro, asegura Arias, es necesario evaluar de forma “muy crítica” el descubrimiento de un factor psicométrico general del TDAH. “Esa dimensión G o causa general no tiene por ahora un correlato neurológico, genético o cognitivo claro. Establecer nexos entre ese factor psicométrico y constructos pertenecientes a otras ciencias es fundamental para dotarlo de validez y, en consecuencia, de utilidad. En caso contrario, estaríamos midiendo con absoluta precisión algo inexistente”, agrega. 

Finalmente, los resultados de este estudio y los obtenidos por otros autores sugieren que los problemas de atención podrían tener cierta naturaleza específica, más allá del propio TDAH. De este modo, actualmente se está investigando la existencia de perfiles puramente inatentos (sin hiperactividad, o incluso con hipoactividad), bajo la hipótesis de la inatención como trastorno cualitativamente distinto al TDAH (el llamado “tempo cognitivo lento”).

Referencia bibliográfica:
Arias, V. B., Ponce, F. P., Martínez-Molina, A., Arias, B., y Núñez, D. (2016). “General and specific attention-deficit/hyperactivity disorder factors of children 4 to 6 years of age: An exploratory structural equation modeling approach to assessing symptom multidimensionality”. Journal of Abnormal Psychology, 125(1), 125-137. doi: 10.1037/abn0000115