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INVESTIGADORES DE LA CÁTEDRA DE MICOLOGÍA HALLAN SETAS DE GRAN VALOR COMERCIAL EN ETIOPÍA

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

La economía etíope es aún de subsistencia. Su producto interior bruto se basa en un 45% en la agricultura y tres de cada cuatro habitantes, en una población total de más de cien millones, subsisten con menos de dos dólares al día. Una investigación de la Cátedra de Micología de la Universidad de Valladolid abre nuevas perspectivas económicas para el aprovechamiento de sus recursos forestales de este país africano y, por tanto, la mejora en la calidad de vida de sus nacionales.

Una tesis defendida en el campus de la Yutera, Palencia, por Tatek Bejene Bekele ha descrito en los bosques de las regiones montañosas centenares de especies de setas, algunas con gran valor económico en el mercado internacional, y ha determinado políticas de protección de las zonas forestales que las albergan para reducir los efectos de los incendios, conservar y explotar estos recursos.

A través de un trabajo de campo, el equipo investigador ha parcelado diferentes bosques de la zona afromontana del país, conocido como Macizo Etíope y con cumbres de hasta 4.500 metros.

El muestreo ha permitido conocer la diversidad, composición y producción de setas de las partes boscosas alrededor de estas montañas. Se han descrito centenares de hongos por primera vez en esta región del continente. Ciertas especies micológicas ya están extinguidas o se encuentran muy amenazadas en Europa, pero proliferan en estas sabanas y bosques africanos.

La tesis doctoral, dirigida por Juan Andrés Oria de Rueda y Pablo Martín Pinto, director y subdirector respectivamente de la cátedra de Micología y profesores del Instituto de Gestión Forestal Sostenible, fue defendida el 26 de junio de 2017. En ella, se han registrado por primera vez cientos de especies micológicas tanto en Etiopía como en el conjunto del continente africano.

También se ha descubierto la relación entre comunidades de hongos con bosques naturales y repoblaciones forestales y el daño causado por el fuego en todos estos ecosistemas. El trabajo ayuda al gobierno etíope a establecer políticas para el aprovechamiento de estos recursos forestales para reducir la incidencia de los incendios forestales en estas grandes masas arbóreas.

La tesis, titulada Comunidades fúngicas procedentes de sistemas forestales en Etiopía, añade al trabajo macroscópico otro de carácter genético y constata que especies de champiñones del género Agaricus y otras de los géneros TerfeziaCalvatia y Suillus disponen de un aprovechamiento comercial.

“Tiene una gran importancia para las poblaciones locales, que se encuentran en situación de pobreza extrema”, añade su director, Oria de Rueda. La proyección del trabajo científico ha llevado a la UVa y al gobierno etíope a acordar ampliar la investigación a otras regiones del país.

Incendios y hongos
Una segunda parte del trabajo ha ahondado en la relación de los bosques autóctonos o plantaciones de árboles como pinos y eucaliptos para aprovechamiento maderero con los hongos que albergan para mejorar la gestión ambiental de todos estos recursos forestales. “Existe un interés local en evitar incendios forestales de origen humano, algunos de los cuales son provocados por ganaderos para ampliar la zonas de pasto para sus reses”, explica el profesor del Instituto de Gestión Forestal Sostenible de la UVa.

Además, existen incendios forestales provocados por el abandono de la ganadería extensiva en favor de la estabulada. “La retirada tanto de las grandes cantidades de herbívoros, tanto salvajes como domésticos, de las zonas boscosas ha producido un crecimiento del matorral seco, que se convierte en combustible de megaincendios”, indica Oria de Rueda.

El aprovechamiento micológico y el retorno a la ganadería extensiva favorecen la limpieza de los bosques y contribuye a la reducción de tierras quemadas, expone el trabajo. “Los resultados son equiparables a la situación que se vive en España y Portugal”, resume el especialista.

Tatek Dejene, etíope, ha permanecido cuatro años en España. Ha colaborado en investigaciones y jornadas micológicas tanto en Castilla y León como en su propio país, así como en diversos países europeos a través de congresos.

“Todo ello ha sido una enriquecedora experiencia que no dudamos en mantener”, expresa su director de tesis. Profesores de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de Palencia trabajan asiduamente en Etiopía y existen investigaciones micológicas al otro lado del continente, en Senegal. “La colaboración mutua y enriquecedora de los distintos pueblos y naciones es el futuro”, añade el director de la cátedra.

ESTUDIOS DE LA CÁTEDRA DE MICOLOGÍA CONCLUYEN QUE LA BIOMASA AGROFORESTAL ES MÁS BARATA QUE LOS COMBUSTIBLES FÓSILES

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

La Cátedra de Micología de la Universidad de Valladolid, que patrocina la Diputación de Palencia y se ubica en la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias del Campus de Palencia, ha desarrollado varios estudios sobre la gestión forestal y su repercusión en los hongos comestibles y trufas.

La conclusión más sobresaliente ha sido que la gestión forestal no solo resulta positiva para el aumento y conservación de estos hongos sino también para la misma protección de los bosques y su biodiversidad de flora y fauna.

Según explica el director de la Cátedra y profesor de Botánica Forestal de la ETSIIA, “habíamos comprobado que la roza discontinua de matorrales que se hace para prevenir incendios forestales favorecía a numerosas especies de plantas y de animales pero parece ser que si se aprovechan racionalmente los residuos conseguimos evitar la quema de combustibles fósiles, perjudicial para el medio ambiente y el clima global”.

La energía generada por la biomasa forestal se considera "el carbón neutro" porque el CO2 que es liberado forma parte del ciclo atmosférico natural del carbono. Por el contrario, los combustibles fósiles aumentan el nivel de CO2 en nuestra atmósfera porque han secuestrado su carbón durante milenios profundamente en la Tierra.

Incluso desde el punto de vista de la contaminación a escala general resulta más saludable el empleo de la biomasa forestal en las grandes ciudades para evitar los graves episodios debidos a la circulación de vehículos y las calefacciones en regiones continentales europeas como Madrid.

En inviernos muy fríos como el actual en el que se realiza un elevado gasto de energía es cuando se comprueban las ventajas ambientales pero también económicas y sociales del uso de la biomasa forestal. Al usar la biomasa disminuimos la gran dependencia de nuestros países con los combustibles fósiles. Al calentar nuestros hogares y centros de trabajo con biomasa forestal contribuimos decididamente a la paz y al desarrollo rural, añade el profesor Oria de Rueda.

Una buena gestión del matorral forestal

En los años secos, muchos matorrales, como brezales y escobonales de zonas montañosas mueren, lo que resulta un hábitat de muy escaso valor para la flora y la fauna además de constituir un alarmante peligro de incendio forestal. Hemos comprobado que los jarales y brezales senescentes no solamente resultan de escasa producción de recursos sino que pueden agudizar los peligros de incendio de los bosques.

Esta gestión del matorral puede maximizar los valores ambientales, como favorecer a la fauna silvestre, las orquídeas amenazadas y las plantas protegidas y escasas de las diversas comarcas. Se ha comprobado cómo numerosas orquídeas, bellas especies vegetales amenazadas de nuestra flora se veían claramente favorecidas en los parajes en los que se habían realizado raleos o claras del arbolado muy denso o en donde se había desbrozado correctamente el matorral seco con vistas a la producción de pellets y astillas para calefacciones. Esto no quiere decir que cualquier corta y roza de vegetación sea beneficiosa.

El establecer en cada caso un apropiado mosaico paisajístico de parcelas en cada monte maximiza los valores ambientales de conservación del suelo y la biodiversidad. Hacerlo de forma descabellada o irracional perjudicaría notablemente a la naturaleza.

En los montes en los que se realizan tareas apropiadas de aprovechamiento de la biomasa se mantienen zonas abiertas intercaladas con otras densas de refugio, muy buscadas por animales como el conejo, la liebre y la perdiz roja, que a su vez sirven de alimento a especies faunísticas tan amenazadas como el águila imperial ibérica o el águila de Bonelli.

Con esta gestión se facilita además el control de la población excesiva de jabalí, que rehúye las áreas aclaradas donde resulta mucho más visible. “Aclarando el monte excesivamente tupido se facilita la recuperación de la producción de trufas, hongos que necesitan estos ambientes raleados, además de evitarse la anormal proliferación de los jabalíes que levantan y aniquilan con temible efectividad la producción de este apreciado hongo subterráneo”, explica Juan Andrés Oria de Rueda.

De igual manera que se certifica que la madera procede de explotaciones ecológicamente sostenibles también podemos avalar que una explotación de biomasa para producción de electricidad o suministro a calefacciones procede de la gestión apropiada de los bosques y matorrales en equilibrio con la conservación expresa de la flora y la fauna, como realiza la Cátedra de Micología actualmente.

Existen además grandes ventajas sociales, pues se generan multitud de puestos de trabajo y empresas en el ámbito rural, sobre todo en comarcas marginales y montañosas.