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La UVA dirige la calibración de instrumentos de exploración que la NASA enviará a Marte en 2020

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

El rector de la Universidad de Valladolid (UVA), Daniel Miguel San José, visitó este jueves a los participantes en el evento ‘SuperCam Calibration Meeting and PDR Review’, que se ha desarrollado en el Parque Tecnológico de Boecillo (Valladolid), en la sede que la Unidad Asociada UVa-CSIC al Centro de Astrobiología tiene en el Edificio INDITI. Durante el evento se ha realizado el seguimiento al desarrollo del conjunto de muestras de calibración para una serie de instrumentos que la NASA enviará a Marte en el marco de la misión MARS 2020 prevista para 2020.

Estos instrumentos forman parte de SuperCam, un dispositivo que irá colocado sobre el mástil del vehículo de exploración planetaria de la NASA, cuya muestra de calibración está siendo dirigida por el equipo científico de Fernando Rull, profesor del Departamento de Física de la Materia Condensada, Cristalografía y Mineralogía de la UVA y responsable de la Unidad Asociada.

La cita ha congregado en Valladolid a cerca de 40 investigadores de Estados Unidos, Francia, Dinamarca y España, entre ellos Roger Craig Wiens, responsable del equipo científico procedente del Laboratorio Nacional de los Álamos, situado en Nuevo México, Estados Unidos; Sylvestre Maurice, del Instituto de Investigación en Astrofísica y Planetología de Francia, perteneciente al Centro Nacional para la Investigación Científica (Centre National de la Recherche Scientifique o CNRS) y la Universidad Toulouse III Paul Sabatier, coordinador de SuperCam; o Peter Willis, responsable científico del instrumento SuperCam dentro de la misión Mars 2020 de la NASA.

El instrumento SuperCam es resultado de la colaboración científica entre los equipos de Roger Craig Wiens y Sylvestre Maurice, con la contribución del grupo del profesor Fernando Rull. Además han participado investigadores e ingenieros de Francia, Dinamarca y España y miembros destacados de JPL en la misión.

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La ‘app’ que vence a la gramática: un ingeniero informático de la UVA desarrolla una herramienta para mejorar la pronunciación multilingüe

Fuente: Innovadores. Diario de Valladolid-El mundo. E. Lera

Gramática, gramática y… gramática. Quien empezó a aprender inglés hace 25 años, conoce bien este campo. Cientos de ejemplos de present simple y past simple y decenas de listas de vocabulario de frutas, objetos o profesiones. En esa época, el aprendizaje del idioma se basaba en reglas y palabras. Ahora, sin embargo, se centra en cuatro destrezas: escribir, leer, hablar y escuchar. 

No solo se apoya en esas patas, también se ayuda de las nuevas tecnologías. Las aplicaciones han entrado como un ciclón. Se han impuesto a los métodos tradicionales. Las horas destinadas a memorizar palabras y tiempos verbales han pasado a un segundo plano para dar protagonismo a la destreza oral. El alumno debe ser proactivo y lanzarse a hablar. En este camino donde equivocarse es una virtud aparece TipTopTalk!.

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Científicos de la UVa analizan la degradación de las esculturas de piedra del trasaltar de la Catedral de Burgos

Fuente. Gabinete de Comunicación de la UVa

Un grupo de científicos del Departamento de Física de la Materia Condensada de la Universidad de Valladolid (UVa), del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y de la empresa segoviana Arquitectura y Conservación de Monumentos han publicado en la revista ‘Environmental Science and Pollution Research’ una investigación en la que vinculan la contaminación de las aguas subterráneas a la degradación de las esculturas de piedra caliza que decoran el trasaltar del siglo XV de la Catedral de Burgos.

Estas esculturas en relieve, labradas principalmente por el artista francés Felipe de Vigarny, han sido sometidas a lo largo de sus más de cinco siglos de historia a diferentes trabajos de restauración y limpieza, que en algunos casos han empeorado su estado de conservación. En el siglo XX, el deterioro de estas figuras se vio agravado llegando incluso a la fractura y desprendimiento de algunas piezas.

Como detalla el catedrático de la UVa Fernando Rull, coordinador del grupo, estas esculturas “se encuentran en un estado muy deteriorado debido al proceso de degradación físico químico que han experimentado y que se traduce en la rotura e incluso la caída de los materiales”. “Los relieves se están perdiendo y las esculturas se están desfigurando”, añade.

Con el fin de identificar el origen de este deterioro y paliarlo, en 2012, el Cabildo catedralicio, en colaboración con la Junta de Castilla y León y el Banco Santander, puso en marcha un proyecto de restauración.

En el marco de esta iniciativa, el grupo de investigadores está llevando a cabo la caracterización mineralógica de la roca caliza así como de las eflorescencias (cristales de sales que se depositan en la superficie de los materiales), pátinas (debilitamiento del color) y tratamientos superficiales que aparecen sobre los paneles del trasaltar, utilizando para ello técnicas analíticas ‘in situ’, de carácter no destructivo (como la espectroscopia Raman) y en laboratorio (espectroscopia infrarroja y Raman en modos macro y micro, y difracción de rayos X).

“Es importante el papel que juegan estas técnicas y las capacidades de identificación que tenemos de distintos compuestos de manera rápida y sencilla utilizando nuestros instrumentos portátiles de espectroscopia Raman, ya que podemos trasladarlos a los lugares donde hay objetos de interés que conviene no tocar ni mover, unos estudios ‘in situ’ que suponen una importante ventaja”, explica Rull.

La técnica se basa en irradiar la muestra de material que se desea analizar con un pequeño láser. El espectrómetro mide la luz que difunde y esos datos sirven para conocer, entre otros aspectos, la composición del material que se observa.

“En el caso concreto del proceso de degradación de las esculturas del trasaltar de la catedral de Burgos hemos realizado un mapeo ‘in situ’ de los materiales que estaban aflorando por lo capilares de la piedra y que se sospechaba que eran los causantes del problema de desprendimiento”, recuerda el investigador.

Los investigadores han identificado una gran cantidad de compuestos distintos a la roca caliza original, principalmente sales, en especial salitre, sulfatos y cloruros. Los análisis químicos de las aguas que circulan por el subsuelo de la catedral indican la presencia abundante de algunos de los iones que componen estas sales, de modo que el ascenso capilar de agua freática podría ser una posible explicación a la aparición de estas eflorescencias y pátinas, especialmente en el caso de los nitratos.

Según los investigadores, los resultados obtenidos son relevantes de cara a establecer modelos de degradación de los materiales y posibles métodos de remediación.

La Ciencia al servicio del patrimonio
La cooperación entre historiadores y científicos es clave para conocer nuevos datos relacionados con el patrimonio. El trabajo realizado por los investigadores del Departamento de Física de la Materia Condensada de la UVa, que conforman el Grupo de Espectroscopia Raman e Infrarrojo de Cristales y Minerales, coordinado por Fernando Rull, se enmarca en una línea de investigación más amplia centrada en aplicación de técnicas espectroscópicas a la caracterización de materiales históricos.

El grupo ha aplicado estas técnicas, por ejemplo, a la caracterización de pinturas romanas, la identificación de pigmentos empleados en la decoración de templos medievales, el análisis de manuscritos de la Biblioteca Histórica de la Universidad de Valladolid, el estudio de la fachada de la Estación del Norte de Valladolid y, más recientemente, al estudio de cuevas como El Soplao o Altamira.

Técnicas como la espectroscopia Raman, principalmente, pero también la espectroscopia de Plasma Inducido por Láser (LIBS), la espectroscopia infrarroja o la difracción de Rayos X permiten no sólo optimizar el proceso de restauración del patrimonio, sino también obtener nueva información sobre épocas pasadas.

Referencia bibliográfica:
Gázquez, F., Rull, F., Medina, J., Sanz-Arranz, A., y Sanz, C. (2015). “Linking groundwater pollution to the decay of 15th-century sculptures in Burgos Cathedral (northern Spain)”. Environmental Science and Pollution Research, 1-13.

Investigadores de la UVa analizan el decaimiento del pino negral en el centro de la Península Ibérica

Fuente. Gabinete de Comunicación de la UVa

Científicos del Instituto Universitario de Investigación en Gestión Forestal Sostenible (IUGFS) de la Universidad de Valladolid (UVa) y el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), situado en el Campus de Palencia, estudian el decaimiento del pino negral (‘Pinus pinaster’), una de las especies forestales más relevantes en España tanto por su valor ecológico como por su importancia económica, en el centro de la Península Ibérica.

En concreto, el trabajo forma parte de la tesis doctoral de la investigadora Cristina Prieto Recio y es llevado a cabo por el grupo de Patología Forestal, liderado por Julio Javier Diez y apoyado por Jorge Martín, y el grupo de Selvicultura y Cambio Global, dirigido por Felipe Bravo, ambos pertenecientes al IUGFS.

Como detalla la investigadora, el pino negral es la segunda especie con la distribución más extendida en España tras la encina, cubriendo una superficie de más 700.000 hectáreas en masas puras y 600.000 hectáreas en masas mixtas. Durante las últimas décadas, esta especie de pino ha sufrido un proceso de decaimiento progresivo en la Península Ibérica con unos síntomas característicos: la inusual transparencia de copa, el enanismo en las acículas (las típicas hojas alargadas y puntiagudas de los pinos), la decoloración del follaje y la muerte prematura de los árboles. En algunas zonas de Castilla y León, apunta, “estos bosques están presentando tasas de mortalidad cada vez más altas, y hasta el momento no se sabe qué factores concretos están implicados en el decaimiento y qué papel juegan”.

Por ello, el objetivo general del trabajo de tesis doctoral es revelar los factores bióticos (agentes patógenos) y abióticos (clima, propiedades del suelo y manejo forestal), que están involucrados en este decaimiento y desentramar qué papel está jugando cada uno de ellos, es decir, “si actúan como factores de predisposición, de incitación o de contribución al decaimiento”, señala la investigadora, quien agrega que el fin último “es dar una solución al problema y proponer alternativas de control sanitario y gestión forestal sostenible con el fin de garantizar el futuro de estas masas de gran valor ecológico y económico, ya que además de actuar como una especie protectora del suelo también genera productos como la madera o la resina”.

Hasta un 40% de árboles afectados en algunas zonas
La parte del trabajo relativa al papel que juegan los factores abióticos ha sido publicada en la revista científica ‘Forest Ecology and Management’. Los investigadores muestrearon 27 parcelas circulares de 15 metros de radio ubicadas en las principales áreas de distribución natural de la especie en Castilla y León. Dentro de cada parcela se tomaron diversas medidas en un total de 1.208 árboles y se evaluaron fitosanitariamente 24 árboles por parcela (648 en total). Para obtener los parámetros edáficos, se analizó una muestra de suelo por parcela, mientras que los datos climatológicos de cada una de las parcelas de estudio se obtuvieron a través del atlas climático digital de la Península Ibérica.

Mediante diferentes análisis estadísticos se evaluó la influencia relativa de las variables selvícolas, las propiedades del suelo y los datos climáticos sobre el decaimiento de ‘Pinus pinaster’ y se realizaron otros análisis para probar si existían diferencias significativas en el estado de decaimiento de este pino en función de la región de procedencia y de la localización geográfica de las parcelas de estudio.

Los-investigadores-realizan-mediciones-en-un-pino-negral.JPG_116525992 Un-pino-negral-afectado-por-defoliacion-y-decoloracion-de-la-microfilia.JPG_116528942

Los datos obtenidos a lo largo de cuatro años indican que existe “un mejor estado sanitario en las masas puras y en masas donde se han ejecutado tratamientos selvícolas como claras”. Los valores más altos de la altura media de los árboles y de la precipitación de primavera señalan asimismo “un mejor estado de salud, mientras que las masas con altas densidades de arbolado se asociaron con un peor estado sanitario”, explica Cristina Prieto Recio.

Del mismo modo, los resultados sugieren que los factores de predisposición, como la competencia y el déficit de agua, están provocando el decaimiento de la especie. En muchas de las zonas de muestreo se confirmó que hasta un 40 por ciento de los árboles estaban muertos o presentaban síntomas de decaimiento. Además, sí hubo diferencias significativas en cuanto al estado de decaimiento entre las distintas zonas geográficas, “siendo la zona de la Ribera del Duero en Burgos una de las más afectadas”, agrega.

Por otro lado, la gestión forestal sostenible es, en opinión de los investigadores, cada vez más necesaria para integrar estrategias de adaptación y mitigación para hacer frente a los nuevos escenarios y amenazas como el cambio climático y las modificaciones en el uso de los suelos. “Proponemos que la ejecución de claras intensivas y una extensión del período de rotación de ‘Pinus pinaster’ podrían utilizarse para mejorar la resistencia y capacidad de recuperación de estos bosques”, subrayan.

Avanzar en el papel de los factores bióticos
Para seguir avanzando en esta línea, el equipo científico cree necesario profundizar en el papel que están jugando los factores bióticos y estudiar la influencia y distribución de algunos de los agentes patógenos implicados, como el hongo de pudrición de la raíz (‘Heterobasidion annosum’), los hongos del azulado de la madera (‘Ophiostoma sp.’) y la planta hemiparásita del muérdago. En este sentido, consideran importante analizar los posibles tratamientos de control biológico fitosanitario frente a los agentes patógenos implicados.

Por último, si obtienen posibilidades de financiación, seguirán monitorizando las parcelas de estudio para ver la evolución del decaimiento y estudiar la regeneración natural tanto de ‘Pinus pinaster’ como de las especies acompañantes. Asimismo se plantean analizar qué medidas de selvicultura alternativa y gestión forestal sostenible se podrían aplicar para mejorar la salud de estos bosques y cuantificar su eficacia.

Investigan la mejora de los métodos de teledetección que permiten evaluar la gravedad de un incendio

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

Los incendios son un fenómeno frecuente en los ecosistemas forestales mediterráneos. En España, cada año se queman miles de hectáreas, lo que constituye un grave problema ecológico. En este sentido, la clasificación exacta precisa del nivel de afectación por el fuego es fundamental para planificar la rehabilitación de las zonas afectadas.

Por ello, un equipo científico del Instituto Universitario de Investigación en Gestión Forestal Sostenible (IUGFS), centro mixto de la Universidad de Valladolid (UVa) y el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), y del Departamento de Ingeniería y Ciencias Agrarias de la Universidad de León, ha estudiado la mejora de los métodos de teledetección habitualmente utilizados para evaluar la gravedad de un incendio.

Según detalla una de las participantes en el estudio, Carmen Quintano, profesora del Departamento de Tecnología Electrónica de la UVa e investigadora del IUGFS, cuando se trata de estimar la severidad de un incendio a partir de imágenes de satélite habitualmente se emplean métodos estandarizados basados en índices espectrales. Los dos índices principalmente empleados son el índice NDVI o índice de vegetación de diferencia normalizada ‐un indicativo de la presencia y condición de la vegetación‐ y el NBR o cociente normalizado de área quemada.

“En este estudio hemos diseñado nuevas versiones mejoradas de estos dos índices. Queríamos ver si se podían mejorar de alguna manera las estimaciones y para ello incluimos en las ecuaciones un nuevo parámetro, la emisividad de la superficie terrestre (LSE, por sus siglas en inglés)”, detalla la investigadora, quien añade que estos índices se relacionaron también con medidas de severidad tomadas en campo, para cuyo cálculo se utiliza también un estándar denominado CBI o índice compuesto de quemadura.

En concreto, se tomó como estudio de caso el grave incendio que tuvo lugar en el noroeste de España en agosto de 2012, en las inmediaciones de la localidad leonesa de Castrocontrigo. Los investigadores analizaron 111 parcelas y establecieron tres niveles de severidad en la zona quemada (bajo, medio y alto) siguiendo el protocolo CBI, que tiene en cuenta diferentes parámetros como el grado de quemadura de las ramas o el tronco de los árboles o el suelo.

Una mejora del 16’22%
Utilizando modelos de regresión, el equipo científico pudo comprobar que la inclusión de la emisividad en los índices calculados a partir de imágenes Landsat mejoró, concretamente, el comportamiento del método NBR en un 16’22%, mientras que en el índice NDVI no se detectó mejoría. Asimismo, a partir de análisis de varianzas se determinó que los índices mejorados del NBR permitían distinguir dos niveles de severidad de la quemadura, baja y moderada‐alta. Por el contrario, el NDVI solo distinguía entre quemado y no quemado, sin poder establecer una clasificación del nivel de severidad.

“Una vez que se produce un incendio nos interesa estimar con la mayor precisión posible el área afectada y el nivel de afectación, una información muy importante de cara a la regeneración de la superficie. Así, el objetivo final de estos métodos es no tener que acudir al área incendiada a realizar mediciones, sino establecer una metodología que permita estimarlas de forma fiable a partir de imágenes de satélite, como las de Landsat, imágenes que tienen una resolución espacial muy adecuada y que la NASA distribuye gratuitamente cada 16 días”, apunta Carmen Quintano.

El estudio, publicado en la revista ‘Remote Sensing Letters’, se enmarca en un proyecto del Plan Nacional de I+D+i del Ministerio de Economía y Competitividad coordinado por la Universidad de León y en el que participa la investigadora del Instituto Universitario de Investigación en Gestión Forestal Sostenible, titulado GESFIRE ‘Multi-scale tools for the post-fire management of fire-prone ecosystems in the context of global change’. El propósito de este proyecto, de cuatro años de duración (2014‐2018), es analizar la severidad de los incendios en todo el eje de transición mediterráneo‐atlántico a partir de tres zonas de estudio en León, Galicia y Valencia.

Referencia bibliográfica:
Fernández‐Manso, A., y Quintano, C. (2015). “Evaluating Landsat ETM+ emissivity‐enhanced spectral indices for burn severity discrimination in Mediterranean forest ecosystems”. Remote Sensing Letters, 6(4), 302‐310.

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