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ABIERTA LA CONVOCATORIA 2016-2017 DE LAS BECAS CONSEJO SOCIAL PARA FOMENTAR LA INVESTIGACIÓN ENTRE LOS ESTUDIANTES

Fuente: Comunicación Consejo Social

El Consejo Social de la Universidad de Valladolid ha abierto la convocatoria de su Programa de Becas 2016-2017 dirigidas a facilitar que los alumnos universitarios se inicien en tareas de investigación.

En total son 35 becas de un importe de 1.000 euros cada una, cuantía procedente de la renuncia a sus retribuciones por dietas y primas de asistencia a plenos y comisiones de los miembros de este órgano de participación de la sociedad en la Universidad.

La finalidad de estas becas, que cumplen su quinta edición, es proporcionar una formación investigadora inicial a los alumnos mediante su participación o colaboración en tareas de investigación en un departamento universitario o instituto L.O.U.

La convocatoria de las becas 2016-2017 estará abierta hasta el 7 de octubre y a ella se puede acceder a través de la web del Consejo Social.y en el apartado Programa de Becas de este portal.

Estas ayudas se dirigen a alumnos que vayan a finalizar los estudios de grado y de primer curso de másteres oficiales de la Universidad de Valladolid, que tengan una nota media entre 6 y 7,5 puntos, según la rama de conocimiento, y que presenten un proyecto de investigación que tenga conexión con su historial científico-técnico y, en su caso, con el proyecto fin de carrera que estén realizando.

Además, los candidatos también deben acreditar un nivel de inglés intermedio mediante un certificado oficial B2.

Una vez adjudicada la beca, el plazo de disfrute de la misma será hasta el 31 de julio. Durante ese periodo el alumno deberá desarrollar un calendario de actividades de 30 horas mensuales hasta completar un total de 210 horas, siendo la distribución de esta dedicación flexible y se podrá ajustar al ritmo académico.

Al finalizar la ayuda, el becario deberá presentar una memoria en la que describa el trabajo que ha realizado y un informe del director del departamento o instituto L.O.U. en el que conste que el alumno ha cumplido satisfactoriamente las tareas encomendadas.

Además, y con el fin de facilitar la difusión de las investigaciones realizadas y, con ello, impulsar la empleabilidad de los estudiantes, los proyectos de los participantes en este programa de ayudas son publicados por el Consejo Social en su denominada “Galería de Becarios”, a la que se puede acceder a través de este portal.

Quinta edición

El programa de becas fue implantado por el Consejo Social en el curso 2012-2013 como parte de su apuesta por fomentar la investigación, el desarrollo científico y la innovación tecnológica y por impulsar la excelencia de la investigación universitaria y las políticas de transferencia y difusión de los resultados obtenidos en las actividades de investigación

Desde entonces, un total de 127 estudiantes universitarios han sido becados por el Consejo Social de la UVa, que ha destinado para ello 127.000 euros en los últimos cuatro cursos.

En esta línea de fomento de la investigación, también se enmarcan otras iniciativas puestas en marcha por el Consejo Social como con el portal UVaINVESTIGA, la creación de sus Premios de Investigación o la elaboración de un Catálogo de Investigación que recoge toda la actividad de I+D+i que realizan los cerca de dos centenares de equipos investigadores que tiene activos la Universidad en prácticamente todos los centros y facultades de sus cuatro campus.

UNA TESIS DOCTORAL ANALIZA LA REGENERACIÓN DE LOS PINARES MEDITERRÁNEOS EN BUSCA DE ALTERNATIVAS DE GESTIÓN

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

Una tesis doctoral, elaborada en el seno del Instituto Universitario de Gestión Forestal Sostenible de la Universidad de Valladolid, analiza los factores claves de la regeneración natural —un proceso muy complejo— en los pinares mediterráneos en busca de alternativas de gestión aplicables en el actual contexto de cambio climático.

“En los ecosistemas mediterráneos donde existe una variabilidad climática inter-anual importante y una fuerte sequía estival, que además se están viendo incrementadas por el cambio climático, conocer qué factores intervienen en este proceso y sus efectos es algo primordial”, asegura Irene Ruano, autora de esta tesis que fue defendida el 19 de septiembre en la Casa Junco de Palencia y que ha sido dirigida por Felipe Bravo, catedrático de la Escuela Superior de Ingenierías Agrarias.

El trabajo se ha centrado sobre dos especies forestales de sobra conocidas en esta Comunidad Autónoma: el pino resinero y el pino carrasco; y ha obtenido como resultado que el clima y la densidad del bosque son esos “factores claves” que posibilitan una regeneración natural exitosa. Este hallazgo demuestra dos cosas: que es posible mejorar las condiciones de regeneración en nuestros pinares con una gestión forestal adecuada; y lo que es más importante, que con los tratamientos selvícolas adecuados podemos anticiparnos a los efectos del cambio climático.

Así pues, las recomendaciones de esta investigación deberán ser tenidas muy en cuenta en los años venideros si se quiere preservar los pinares mediterráneos —nuestro hábitat al fin y al cabo— de cara al futuro.

EL CATEDRÁTICO DE FISIOLOGÍA JAVIER GARCÍA-SANCHO RECIBE EL PREMIO CONSEJO SOCIAL 2016

Fuente: Comunicación Consejo Social

El catedrático de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid Javier García-Sancho recogió el pasado16 de septiembre el Premio Consejo Social 2016 con el que este órgano de representación de la sociedad en la Universidad ha querido distinguir su extensa y fructífera labor docente e investigadora.

El galardón fue entregado a García-Sancho por el presidente del Consejo Social de la UVa, Gerardo Gutiérrez, en el transcurso del solemne acto de Apertura del Curso Académico 2016-2017, que estuvo presidido por el rector de la UVa y al que asistió una amplia representación del ámbito académico y social.

García-Sancho fue además el encargado de pronunciar la lección inaugural de la sesión de apertura, en la que explicó la importancia y la evolución de la investigación sobre la terapia celular, un campo en el que, según explicó, “nuestro país y nuestra universidad han realizado contribuciones importantes”.

En su fallo, el jurado de este galardón destacó, de una parte, la extensa trayectoria docente de García-Sancho, merecedora de la calificación de Excelente por el Programa Docentia.

Así, además de ejercer su labor en la Facultad de Medicina de la UVa, ha sido adjunto de Fisiología en la Universidad de Santander y profesor visitante en el Laboratorio de Fisiología de la Universidad de Cambridge, en el Instituto Howard Hughes de California y en el Instituto de Neurociencias de Alicante, dependiente de la Universidad Miguel Hernández y el CSIC.

Junto a ello, el jurado valoró especialmente la amplia labor investigadora del galardonado, quien fue director del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM), fundador de la Red de Terapia Celular del Instituto de Salud Carlos III, coordinador de Fisiología y Farmacología de la ANEP y presidente de la Sociedad Española de Terapia Génica y Celular.

Miembro electo de la Academia Europea, especialmente relevante es su labor como director del Grupo de Activación Celular del IBGM, con amplia experiencia en el estudio de fenómenos de activación celular, especialmente en lo que se refiere al papel del Ca2+ como segundo mensajero.

Este grupo, que inició su labor en este campo en el año 1984, se ha interesado en los últimos años en la posibilidad de restaurar la función perdida en enfermedades destructivas o degenerativas mediante tratamientos de Terapia Celular.

Con el objetivo de posibilitar la comercialización de estas investigaciones, el galardonado constituyó junto con la catedrática Ana Sánchez la empresa de base tecnológica Citospin, radicada en el Parque Científico de la UVa y autorizada por la Agencia Española del Medicamento para la preparación y suministro de células de grado clínico para uso humano.

Además de todos estos trabajos de investigación, el catedrático García-Sancho ha elaborado un total de 183 publicaciones, impartido más de 40 conferencias en simposios científicos nacionales e internacionales de especial relevancia y ha dirigido 12 tesis doctorales y 5 cursos y congresos especializados.

El Premio Consejo Social consiste en una escultura que reproduce una de las columnas de la fachada histórica de la Universidad de Valladolid y un pin de oro que acredita e identifica al galardonado.

EL CONSEJO SOCIAL DE LA UVa INICIA UNA CAMPAÑA INFORMATIVA PARA DAR A CONOCER A LOS ESTUDIANTES LA NORMATIVA QUE REGULA SUS CONDICIONES DE PROGRESO Y PERMANENCIA EN LA UNIVERSIDAD

Ante la apertura del periodo de matriculación para cursar estudios en la Universidad de Valladolid, el Consejo Social de la UVa ha puesto en marcha una campaña informativa con el fin de dar a conocer entre los estudiantes la normativa de progreso y permanencia que regula su estancia en la Universidad.

Para ello, ha editado unos posters que serán visibles en los tablones de anuncios y secretarías de los centros y facultades de todos los campus de la UVa, en los que se recuerda a los estudiantes de la importancia de esta normativa que afecta a las titulaciones oficiales de grado y máster y se les insta a que se informen sobre ella.

Asimismo, durante las fechas de preinscripción y matrícula, el Consejo Social va a dar a conocer diferentes aspectos de estas normas a través de su perfil en twitter @ConsejoSocUVA, así como en su página web (http://consejosocial.psc.uva.es/inicio.aspx), en su portal UVaINVESTIGA (http://consejosocial.inf.uva.es/) y en la página web de la UVa (www.uva.es),  donde los estudiantes pueden acceder a la normativa completa.

Entre otros importantes aspectos, las Normas de Progreso y Permanencia de los Estudiantes de la Universidad de Valladolid establecen el periodo máximo de matriculación en una misma titulación y un número mínimo y máximo de créditos de matrícula por curso académico.

Así, fijan en 60 ECTS el número mínimo de créditos a matricular en el caso de los estudiantes a tiempo completo y de 30 ECTS para los de tiempo parcial que se matriculen por primera vez.

En cursos sucesivos, los estudiantes deberán matricularse en un número de créditos comprendido entre 36 ECTS y 90 ECTS en el caso de estudiantes a tiempo completo y entre 24 y 36 ECTS en los de tiempo parcial.

La normativa indica que en el primer curso académico es necesario aprobar un mínimo de12 créditos para poder continuar con los estudios en el caso de estudiantes a tiempo completo y 6 créditos en los de tiempo parcial.

También señala que el estudiante deberá matricularse en primer lugar de las asignaturas básicas u obligatorias que tenga pendientes de cursos anteriores.

La normativa mide el periodo máximo de matriculación en la Universidad a través de las denominadas “unidades de permanencia”, que equivalen a un año académico, y la establece en el doble de años académicos de que conste la titulación o máster que curse el estudiante.

En el caso de que los estudiantes superen ese límite de permanencia o no aprueben el mínimo de créditos establecido en el primer año, la regulación señala que deberán abandonar los estudios que estén cursando, pudiendo iniciar otros estudios universitarios siguiendo el procedimiento general de ingreso.

No obstante, a los estudiantes que les resten un máximo de 18 créditos o el trabajo de fin de grado o fin de máster para concluir su titulación y hayan agotado el máximo de permanencia, se les concederá automáticamente una unidad.

La Normativa de Progreso y Permanencia de los Estudiantes de la Universidad de Valladolid fue aprobada por el Consejo Social de la UVa en marzo de 2013 y entró en vigor en el curso 2014/2015. Esta normativa es consecuencia del proceso de adaptación de las enseñanzas oficiales al Espacio Europeo de Educación Superior y entre otras novedades

UN GRUPO DE LA UVA, REFERENTE INTERNACIONAL EN LA FÍSICA DE ÁTOMOS Y MOLÉCULAS MEDIANTE TÉCNICAS ESPECTROSCÓPICAS

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

Todos los átomos y las moléculas tienen su propia “huella dactilar”. Tanto átomos como moléculas tienen la capacidad de emitir o absorber luz, y es ese grado de emisión o absorción de luz, su espectro, la “huella” que permite descifrar su estructura y sus propiedades con un margen de error mínimo.

La espectroscopía es el conjunto de métodos que utilizan la luz para la investigación de la materia. Esta técnica instrumental ha evolucionado enormemente desde finales del siglo XIX, cuando permitió descubrir el helio en el espectro del sol antes de que se hubiera descubierto en la tierra.

Hoy en día la espectroscopía utiliza todo tipo de radiación, desde las ondas de radio, de infrarrojo, visibles, ultravioletas o rayos X, y tiene aplicación en la práctica totalidad de disciplinas y ámbitos de conocimiento: permite estimar desde el nivel de colesterol en un análisis de sangre a medir la calidad del agua de un río. 


Un grupo de investigación de la Universidad de Valladolid (UVa), el Grupo de Espectroscopía de Plasmas y Chorros Supersónicos (GEPCS), trabaja desde hace casi cuatro décadas en la aplicación de técnicas espectroscópicas al diagnóstico de plasmas (gases altamente ionizados) y al estudio de la estructura molecular.


El grupo ha obtenido la calificación de Unidad de Investigación Consolidada por parte de la Junta de Castilla y León, un distintivo que reconoce a los equipos con mayor calidad y nivel de producción científica de la comunidad. 


Su origen se encuentra en la confluencia de dos equipos de trabajo, dirigidos por Alberto Lesarri Gómez y Marco Antonio Gigosos Pérez, al que se han unido otros investigadores. “Teníamos muchos elementos comunes y compartíamos el uso de técnicas de espectroscopía, métodos teóricos y métodos instrumentales, por lo que decidimos unirnos. Los dos hacemos cálculos de estructura que nos permiten desarrollar una simulación por computador de lo que vamos a ver en el laboratorio y registrar los espectros. En un caso concluimos cómo es la estructura de las moléculas -su geometría, enlaces, etc.- y en otro se reconstruye lo que está sucediendo en el plasma -cuántos electrones libres hay, cuántas colisiones por unidad de tiempo, cómo se producen esas colisiones, qué temperatura tiene el gas, etc.-”, detallan ambos investigadores. 


Las técnicas que se utilizan para el estudio de átomos y moléculas son muy diferentes. “Los espectros que permiten identificar la estructura molecular necesitan que la molécula esté aislada y a temperaturas cercanas al cero absoluto (por debajo de los 2 grados kelvin, el equivalente a unos -271 grados centígrados), lo que requiere expandir la muestra en un chorro gaseoso. Por el contrario, en los espectros para el diagnóstico de plasmas los átomos presentan unas interacciones tremendamente fuertes con su entorno, para lo que se necesitan gases a altísimas temperaturas”, precisan.


En este último caso, se extrae información útil para otros equipos científicos que investigan, por ejemplo, la diagnosis de plasmas estelares o sistemas de reactores en los que interviene el plasma. Por otro lado, los estudios sobre moléculas han posibilitado determinar la estructura de diferentes familias de compuestos de interés estructural o biológico.

Por otro lado, avanzan, “el año pasado iniciamos una línea aplicada en colaboración con algunos profesionales del Hospital Clínico Universitario de Valladolid para utilizar la espectrometría de masas (se detectan masas de fragmentos moleculares) con fines de caracterización biológica”. 


En la actualidad, la Unidad de Investigación Consolidada está formada no solo por Alberto Lesarri y Marco Antonio Gigosos sino también por los investigadores de la UVa Juan Carlos López Alonso y Susana Blanco Rodríguez, que aportan una amplísima experiencia e interesantes líneas de investigación como el estudio de la microsolvatación para revelar los cambios producidos en los sistemas moleculares en las primeras etapas de la disolución.

A estos se les unen también los investigadores de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) José Andrés Fernández González y Emilio José Cocinero Pérez, que utilizan técnicas espectroscópicas basadas en fuentes láser. Se trata de un equipo multidisciplinar de científicos que combina experiencias procedentes de las áreas de la Física Atómica y Molecular y la Química Física.

Publicaciones de calidad e internacionalización
El Grupo de la UVa es referente en su campo de conocimiento como demuestran sus numerosas publicaciones de calidad y su alto nivel de internacionalización. En los últimos cinco años, sus trabajos han sido cinco veces portada en algunas de las revistas más prestigiosas tanto en los ámbitos de la Química pluridisciplinar (‘Angewantde Chemie’) como de la Química Física y la Física molecular (‘Physical Chemistry Chemical Physics’).

Estas publicaciones se han dedicado a estudios estructurales de alta resolución, bien de moléculas de interés biológico o estructural (por ejemplo la detección de la ribosa en fase gas en 2012), o de agregados intermoleculares (como el hexámero del propofol en 2013 o el dímero de piridina y metano en 2014).

En estos y otros trabajos, el grupo mantiene colaboraciones internacionales con universidades como la de Leibniz (Alemania), Bolonia (Italia), Virginia (Estados Unidos), Lille y Aix-Marseille (Francia), el Instituto Kurchatov (Rusia), Belgrado y Novi Sad (Serbia), el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore (Estados Unidos) o el Instituto de Ciencias Weizmann (Israel).

En lo referente a la financiación, el grupo ha contado a lo largo de su trayectoria con múltiples proyectos del Plan Nacional de I+D+i del Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO) y de la Junta de Castilla y León. Asimismo, en 2014 promovieron un proyecto de infraestructura por un valor cercano a los 500.000 euros que fue financiado.

Entre sus equipamientos más destacados se encuentra un equipo de cálculo masivo formado por más de 120 computadoras en red y varios equipos de espectroscopía en chorro supersónico.