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EL CONSEJO SOCIAL ANALIZA CON EL CONSEJO DE CUENTAS DE CASTILLA Y LEÓN LAS RECOMENDACIONES DE FISCALIZACIÓN DE LA UNIVERSIDAD

El presidente del Consejo Social, Gerardo Gutiérrez, y el presidente del Consejo de Cuentas, Jesús Encabo, han mantenido una reunión para establecer cauces de colaboración entre ambas instituciones.

Al encuentro, celebrado ayer en la sede del Consejo de Cuentas en Palencia, han asistido también el consejero de Cuentas Miguel Ángel Jiménez, así como los presidentes de las comisiones Académica, de Economía y de Relaciones Sociales del Consejo Social, César Milano, Jesús Jiménez y José Ramón Echevarría, respectivamente.

La iniciativa partió del Consejo Social de la UVa tras participar el pasado mes de marzo en una jornada organizada por la Conferencia de Consejos Sociales de Universidades Españolas con el Tribunal de Cuentas para debatir sobre el contenido del Informe de Fiscalización de las Universidades Públicas en el Ejercicio 2012 y, más concretamente, sobre los aspectos relativos a las competencias de los consejos sociales.

En concreto, en esa jornada el presidente del Tribunal de Cuentas, Ramón Álvarez de Miranda, resaltó que del último informe de este tribunal se deriva la necesidad de implantar sistemas de contabilidad analítica en todas las universidades y consideró fundamental la existencia de unidades de control interno y su dependencia de los consejos sociales.

En este sentido, en el encuentro mantenido por el Consejo Social de la UVa con el órgano autonómico de control externo se han analizado expresamente las recomendaciones contenidas en el Informe de Fiscalización de la Universidad de Valladolid aprobado por el Consejo de Cuentas de Castilla y León en 2014 y se han planteado vías de colaboración para alcanzar los niveles de transparencia exigidos a la actividad universitaria.

En el referido informe, el Consejo de Cuentas recomienda que el Servicio de Control Interno de la Universidad dependa orgánicamente del Consejo Social, en aras de un cumplimiento más eficaz de sus funciones y de una mayor independencia respecto de las distintas unidades gestoras de gastos e ingresos.

 

 

UN PROYECTO NACIONAL EN EL QUE PARTICIPA LA UVa ESTUDIA LA PRODUCCIÓN DE BIOBUTANOL A PARTIR DE RESIDUOS DE LA CERVEZA

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

Investigadores del Grupo de Tecnología de Procesos Químicos y Bioquímicos de la Universidad de Valladolid (UVa) trabajan en un proyecto del Plan Nacional de I+D+i, con la colaboración de investigadores del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACYL), en el que estudian el empleo del bagazo de la cerveza, el residuo sólido que se genera en el proceso de elaboración de la cerveza, para la producción de biobutanol, un tipo de biocombustible con gran potencial debido a su similitud con la gasolina.

“Una línea importante de cara al futuro es la producción sostenible de biocombustibles. Nosotros hemos trabajado en la producción de biobutanol a partir de distintos residuos agrícolas como la paja de cereal o la melaza, un subproducto de la industria azucarera, y ahora estamos estudiando el aprovechamiento del residuo sólido de la cerveza, el bagazo”, subraya la investigadora, quien añade que el proyecto nacional, recientemente concedido, se extenderá a lo largo de tres años.Como detalla María Teresa García Cubero, investigadora del Grupo de la UVa y responsable del proyecto, una de sus principales líneas de investigación se centra actualmente en el aprovechamiento de residuos de tipo agrícola para la obtención de biocombustibles como el bioetanol o el biobutanol. No obstante, este último presenta mayores ventajas ya que contiene un índice de octanaje similar al de la gasolina y se podría utilizar en mayores porcentajes que el bioetanol sin modificar los motores de combustión.

El bagazo de la cerveza está disponible en grandes cantidades (se estima que representa cerca del 30 por ciento del grano de la cebada), por lo que las industrias cerveceras tienen especial interés en su valorización y utilización como recurso para generar nuevos productos de valor añadido, como es el caso del biobutanol. Nuevas líneas de negocio que permitirían además cerrar el ciclo de producción. No obstante, el aprovechamiento de estos residuos está aún poco explotado, sobre todo en el caso de las pequeñas empresas cerveceras, que tendrían en el ámbito de los biocombustibles una buena forma de dar salida a este subproducto.

En el caso del proyecto del Plan Nacional, será una empresa de Montemayor de Pililla (Valladolid) que elabora distintas variedades de cerveza artesanal, Cerveza Milana, la que aporte el bagazo como materia prima para la obtención de biobutanol.

Un proceso complejo
María Teresa García Cubero explica el proceso por el que se obtienen biocombutibles a partir de residuos agrícolas. “Todos los residuos de tipo agrícola tienen varios componentes fundamentales, compuestos de tipo celulosa o hemicelulosa y mayor o menor contenido en lignina. Esos carbohidratos (celulosa y hemicelulosa) son una fuente potencial de azucares que podemos fermentar y transformar en biocombustible. Nuestro objetivo, primero, es tratar de conseguir la mayor cantidad de azúcares presentes en estos compuestos para luego obtener el mayor rendimiento posible”, señala.

Para ello, han desarrollado diversos pretratamientos, como uno a partir de ozono con el que consiguen modificar la estructura del residuo y mejorar la accesibilidad de los azúcares presentes en la materia prima. “Posteriormente tenemos que convertirlos en compuestos más pequeños para que los microorganismos los puedan transformar, lo que realizamos mediante un proceso denominado hidrólisis enzimática. No obstante, una limitación importante de este tipo de procesos, de cara a un posterior escalado industrial, es que se trabaja con concentraciones muy pequeñas. Nuestro objetivo en este proyecto es trabajar con la mayor cantidad posible de sólidos en el proceso, para luego tener concentraciones de azúcares altas y poder fermentar con buenos rendimientos. Es algo que no está desarrollado a nivel comercial y actualmente estamos en proceso de adquisición de un equipo que se encuentra en periodo de pruebas”, apunta.

Respecto a la fermentación, los investigadores utilizan microorganismos del género Clostridium, un género de bacterias capaces de fermentar a butanol con rendimientos adecuados. Como destaca la investigadora, “siempre se trata de trabajar con cepas naturales, cepas no modificadas genéticamente, en condiciones sencillas de mantenimiento y operación y que no suponen un riesgo para la salud, ya que la idea final es trasladar el proceso a una escala industrial sea de manera simple y con el menor coste”.

Diez años de actividad
El Grupo de Tecnología de Procesos Químicos y Bioquímicos ha obtenido recientemente la calificación de Unidad de Investigación Consolidada por parte de la Junta de Castilla y León, un distintivo que reconoce a los grupos de investigación de la comunidad que cuentan con un mayor nivel de calidad y de producción científica.

El grupo, que se constituyó formalmente hace diez años, está compuesto por varios profesores del Departamento de Ingeniería Química y Tecnología del Medio Ambiente de la UVa, Gerardo González, su fundador, Susana Lucas, Mónica Coca y la propia María Teresa García Cubero.

Además del desarrollo de bioprocesos y tecnologías de fermentación (la optimización y diseño de biorreactores y la obtención de bioproductos como biocombustibles líquidos o ácidos orgánicos), el equipo ha trabajado en estos años en el tratamiento de efluentes y residuos, la obtención de enzimas y biopolímeros o el desarrollo de tecnología en el proceso de fabricación de azúcar (plantas piloto, sistemas de adsorción/intercambio iónico, cristalización, etc.) dentro del Centro de Tecnología Azucarera (CTA) de la UVa en el que también colaboran profesores de los departamentos de Ingeniería de Sistemas y Automática y de Química Analítica.

EL “GRUPO DE INGENIERÍA BIOMÉDICA” Y LA EMPRESA PROSOL, PREMIOS DE INVESTIGACIÓN 2016 DEL CONSEJO SOCIAL

Fuente: Consejo Social de la UVa

El Grupo de Investigación Reconocido “Grupo de Ingeniería Biomédica” y la empresa palentina Prosol han sido distinguidos con los Premios de Investigación 2016 con los que el Consejo Social de la Universidad de Valladolid reconoce la labor de investigación que se realiza en el seno de la UVa y especialmente aquella que favorece la transferencia del conocimiento hacia la Sociedad.

Los premios, de carácter anual, constan de dos modalidades, una de las cuales se dirige a premiar la consecución de contratos de investigación y desarrollo de actividades con empresas e instituciones realizadas por departamentos, institutos universitarios y grupos de investigación reconocidos (GIR) y también por primera vez en esta edición, a cátedras y centros de estudios de la UVa.

En este caso, el jurado ha acordado otorgar el galardón al GIR “Ingeniería Biomédica” por su extensa y prolífica actividad investigadora y, especialmente, por su intensa relación con el tejido productivo que favorece la transferencia de conocimiento, lo que se ha traducido en la formalización de 46 contratos con empresas y administraciones con un importe cercano a 2 millones de euros y 11 contratos de formación por importe de 165.000 euros.

Coordinado por Roberto Hornero Sánchez, catedrático del Departamento de Teoría de la Señal y Comunicaciones e Ingeniería Telemática de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación de la UVa, este GIR es un grupo multidisciplinar de investigación formado actualmente por 6 médicos, 4 profesores de la E.T.S.I. Telecomunicación y 11 investigadores contratados con los diferentes proyectos de investigación.

Todos ellos trabajan conjuntamente en 4 líneas de investigación que se dirigen a desarrollar métodos de análisis de señales biomédicas para la ayuda en el diagnóstico de diferentes patologías, analizar imágenes de retinografías para la detección automática de los signos característicos de la retinopatía diabética, el desarrollo e implantación de servicios de telemedicina y el diseño y desarrollo de sistemas de ayuda a discapacitados o personas con alteraciones del lenguaje y comunicación mediante sistemas Brain Computer Interface (BCI).

Además de los numerosos contratos con empresas e instituciones, la labor del GIR también ha comprendido su participación en 44 proyectos I+D regionales, nacionales e internacionales por importe global superior a 2,1 millones de euros y en 13 proyectos de innovación docente.

Fruto de todo ello es la obtención de 3 patentes en Estados Unidos, dos de ellas en explotación, y una patente en España así como 4 registros de la Propiedad Intelectual en España

Los investigadores del GIR participan además en 6 redes de investigación y han elaborado además más de 380 publicaciones científicas, libros y ponencias en congresos nacionales e internacionales y han dirigido 12 tesis doctorales, obteniendo 41 premios.

En el año 2015 el GIR fue reconocido como Unidad de Investigación Consolidada (UIC 060) por parte de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León

En esta modalidad, el Premio de Investigación Consejo Social tiene una dotación económica de 6.000 euros, que deberán destinarse a la adquisición de medios materiales relacionadas con la actividad investigadora del galardonado o a la publicación o divulgación de la misma.

Premio empresa

Los Premios de Investigación del Consejo Social consta de una segunda modalidad, de carácter honorífico, dirigida a reconocer a aquellas empresas e instituciones que destaquen especialmente por contratar actividades y proyectos de investigación, desarrollo científico e innovación tecnológica con la UVa.

Este es el caso de Prosol, del que el jurado ha destacado su apuesta por la I+D+i y el desarrollo de proyectos conjuntos con la Universidad de Valladolid a través de acuerdos de investigación.

Esta compañía fabrica más de 12 millones de tazas diarias de productos de café para las marcas privadas líderes del mercado en más de 20 países. La compañía nace en 1998 con una misión: ser la mejor alternativa con sus productos y servicios para la marca de sus clientes.

Prosol, que ha invertido 2 millones de euros en investigación en los últimos cinco años, forma un equipo coordinado y comprometido con la Universidad de Valladolid (UVa) para el desarrollo de I+D+i.  

Durante los últimos tres años ha trabajado estrechamente con el Departamento de Ingeniería Química y Tecnología del Medio Ambiente, que dirige la profesora María José Cocero, en el proyecto INFINITI y cuyo objetivo es aumentar la calidad sensorial del café soluble (mejora aromática).

La relación de Prosol con la UVa ha permitido, de hecho, que a lo largo de los últimos tres años 14 estudiantes hayan realizado prácticas en la compañía como becarios. Siete de ellos permanecen contratados en la empresa, desarrollando su labor en los departamentos de investigación.  

El jurado de los Premios de Investigación 2016 estuvo integrado por el presidente del Consejo Social, Gerardo Gutiérrez; el rector de la UVa, Daniel  Miguel San José; el vicerrector de Investigación, José Ramón López; el vicerrector de Economía, Alfonso Redondo; el vicerrector de Desarrollo e Innovación Tecnológica, Celedonio Álvarez; el presidente de la Comisión Académica del Consejo Social, César Milano; el presidente de la Comisión Económica, Jesús Jiménez; el presidente de la Comisión de Relaciones con la Sociedad, José Ramón Echevarría, y el secretario del Consejo Social, Pedro Valero, que actuó como secretario del jurado.

Palmarés

Con los Premios de Investigación, instaurados en el año 2007, el Consejo Social quiere mostrar la importancia que tiene el fomento de la investigación, el desarrollo científico y la innovación tecnológica para la Sociedad.

Asimismo, la convocatoria de estos premios se enmarca dentro de los objetivos del Consejo Social tendentes a impulsar la excelencia de la investigación universitaria y las políticas de transferencia y difusión de los resultados obtenidos en las actividades de investigación y su adecuación a las necesidades del territorio, con una mayor conexión con el tejido productivo.

En anteriores ediciones resultaron premiados en la modalidad de Departamentos, institutos universitarios y grupos de investigación el Instituto de Biología y Genética Molecular (I.B.G.M.) (2007); el Instituto de Historia Simancas (2009); el G.I.R. de "Tecnología Ambiental" (2010); el G.I.R. de Espectroscopía Raman e Infrarrojo de Cristales y Minerales (2011), el G.I.R. BIOFORGE (2012); el G.I.R. Ingeniería de Procesos a Presión (2013), y el G.I.R. Modelado, Biomédica y Visualización Avanzada del Patrimonio (MoBiVAP) (2014) y el Grupo de Investigación Reconocido “Física y Química de los sólidos”, que recibió el premio en la VIII edición convocada en 2015.

Por su parte, los galardonados en la modalidad Empresas e instituciones han sido Agroalimentaria Paraíso (2007); G. M. V. (2009); Grupo Antolín (2010); Bodegas Emilio Moro (2011); Telefónica i+D (2012); Agroseguro S. A. (2013), ABN Pipe Systems (2014) y Urbaser en la pasada edición.

 

CREAN UNA HERRAMIENTA CAPAZ DE PREDECIR REACCIONES ALÉRGICAS A FÁRMACOS A PARTIR DEL HISTORIAL MÉDICO

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

Investigadores de la Universidad de Valladolid (UVa), del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid, del Centro de Salud San Juan de Salamanca y de la Universidad de Salamanca han diseñado una herramienta matemática predictiva para el diagnóstico de reacciones alérgicas a fármacos a partir de los datos recogidos en el historial médico.

“Habitualmente recibimos en la consulta a pacientes que han tenido una reacción adversa grave con un determinado fármaco y que quieren saber si son alérgicos al mismo o no. Cuando todas las técnicas (pruebas cutáneas e ‘in vitro’) que les practicamos son negativas, la única manera de saber si el paciente es alérgico o no es provocándolo, administrándole pequeñas dosis del fármaco hasta que se produzca o no la reacción. Esto conlleva un control muy estricto y tiene sus riesgos porque el paciente puede sufrir la misma reacción o más grave”, detalla la investigadora. 

El trabajo, como explica la responsable del Servicio de Alergia del Hospital Universitario Río Hortega y profesora de la UVa Alicia Armentia, tiene su origen en una necesidad detectada en la práctica clínica diaria.

La decisión de provocar o no esta reacción en el paciente se toma en la actualidad de forma totalmente subjetiva, dependiendo en gran medida de la experiencia del profesional clínico. Por ello, los investigadores decidieron crear un modelo matemático, es decir, una herramienta objetiva, que permitiera estimar el posible daño que se le puede hacer a un paciente al someterle a la provocación.

El planteamiento de los investigadores fue deducir, a partir de los múltiples datos recogidos en la historia clínica, el porcentaje de riesgo a una reacción alérgica a medicamentos. En total, se evaluaron 696 principios activos de fármacos que habían sido administrados a 466 pacientes a lo largo de 14 años en el Servicio de Alergia del Hospital de Salamanca, y se reevaluó toda la historia clínica –sexo, edad en la que tuvo la reacción, antecedentes familiares alérgicos, enfermedades crónicas, anticuerpos altos a otros alérgenos, si tuvo que ser hospitalizado, el modo de administración del medicamento, etc.- para detectar cuáles de estas variables se correlacionaban más con una provocación positiva y, en definitiva, con un diagnóstico final.

Tras realizar un análisis estadístico –utilizando una técnica denominada regresión logística binaria simple-, el equipo científico construyó el modelo predictivo a partir de una decena de variables que resultaron muy significativas: sexo, edad en el momento de la reacción, número de fármacos implicados, periodo de latencia (cuanto menor era el tiempo que pasaba entre que se administraba el fármaco y se producía la reacción el paciente era mucho más sensible), número de dosis (si la reacción adversa se produjo con una o con varias), los síntomas sugestivos de alergia (urticaria, asma, etc.), el tipo de fármaco (analgésico, betalactámico -penicilinas- u otro) y el tiempo que tardaba el paciente en acudir a la consulta.

Importantes implicaciones para el paciente
Alicia Armentia destaca la importancia de disponer de un modelo de estas características. “Cuando un paciente acude a la consulta no queremos agravar la enfermedad de base pero tampoco dejarles sin una solución. Por ejemplo, una persona que padece un dolor crónico grave y que necesita analgésicos pero parece ser alérgico. Si aplicando el modelo estadístico este paciente tiene un 99% de posibilidades de una provocación positiva, no se aplica, pero si tiene un 10% sí, porque se puede mejorar mucho su calidad de vida”, señala.

Así, la herramienta ayuda al especialista a valorar mejor el daño y la calidad de vida que puede tener el paciente, y al paciente le evita posibles riesgos no aplicando sin garantías ninguna técnica que pueda poner en peligro su salud. “Esto es especialmente útil en gente mayor o niños pequeños, en los que una reacción grave puede ser muy peligrosa”, agrega la especialista.

La herramienta, que se encuentra actualmente en proceso de patente, es fruto del trabajo de un equipo interdisciplinar de investigadores procedentes de las áreas de Alergias, Atención Primaria, Estadística y Medicina Preventiva y Salud Pública, a lo largo de cinco años.

El modelo matemático, que se ha publicado recientemente en la revista ‘The Journal of Allergy and Clinical Immunology: In Practice’ de la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología, ha sido sometido a múltiples revisiones y aplicado también a casos clínicos en Estados Unidos, donde se ha comprobado su eficacia.

Referencia bibliográfica:
Hierro Santurino, B., Mateos Conde, J., Cabero Morán, M. T., Mirón Canelo, J. A., y Armentia Medina, A. (2016). “A Predictive Model for the Diagnosis of Allergic Drug Reactions According to the Medical History”. The Journal of Allergy and Clinical Immunology: In Practice.

LA UVA INVESTIGARÁ LOS RESTOS DE LA CUEVA DE ELS TROCS Y RECORRERÁ 100 KM POR CAÑADAS

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

El rector de la Universidad de Valladolid (UVa), Daniel Miguel San José, y el presidente de la Asociación Trashumancia y Naturaleza, Jesús Garzón Heydt, han suscrito un convenio de colaboración cuyo fin último es promover la excavación arqueológica en la cueva de pastores trashumantes prehistóricos de Els Trocs, situada en las inmediaciones de la localidad oscense de Bisaurri, durante la campaña del verano de 2016.

A través del acuerdo, la Asociación se compromete a financiar los trabajos de campo que se desarrollarán durante el mes de julio a cargo del equipo de investigación dirigido por el profesor de la UVa Manuel Rojo Guerra.

Los resultados científicos derivados del convenio, que se extenderá hasta el 31 de diciembre de 2016 –pudiéndose prorrogar de forma expresa por períodos anuales-, serán gestionados por la UVa, que deberá mencionar en toda publicación o evento de difusión del proyecto la colaboración y financiación de los trabajos por parte de la Asociación Trashumancia y Naturaleza.

Dicha Asociación tiene entre sus objetivos promover la protección, difusión y el mantenimiento de las vías pecuarias en España como vías de conectividad ecológica entre los distintos espacios protegidos en la Península Ibérica, como modelo de adaptación de la biodiversidad al cambio climático y el mantenimiento de los servicios ecosistémicos esenciales. Del mismo modo, desde sus orígenes está interesada en la divulgación científica y el estudio de la implantación de este sistema productivo en la península. 

Por su parte, la UVa viene desarrollando un proyecto de investigación sobre la introducción de la agricultura y la ganadería en el interior peninsular a través del grupo de investigación dirigido por el profesor de la Facultad de Filosofía y Letras Manuel Rojo Guerra y cuya actividad fundamental ha consistido en la excavación arqueológica de la Cueva de Els Trocs, en la provincia de Huesca.

En ella se ha exhumado una ingente cantidad de restos faunísticos, especialmente ovicápridos y bovinos que han sido objeto de publicaciones científicas, constatando una actividad trashumante -probablemente la primera constatación histórica de esta actividad- desde hace unos 7.300 años. También el análisis de las materias primas líticas y de las cerámicas halladas en la cueva ha permitido determinar que los pastores neolíticos iniciaron y diseñaron unos caminos que, con ligeras modificaciones, se han mantenido en uso hasta el presente.

El convenio suscrito con la Asociación Trashumancia y Naturaleza se suma a otras iniciativas científicas y divulgativas que dicho equipo coordinado por la UVa –compuesto por científicos de centros como la Universidad Autónoma de Madrid, el Laboratorio de Arqueobiología del CSIC (Madrid), la Universidad Krems (Austria), el Gobierno de Aragón y otros colaboradores como arqueólogos profesionales y doctorandos-, viene realizando en torno a la Cueva de Els Trocs desde 2009.

Es el caso del proyecto MEDELCA, ‘La Memoria del Camino: Ciencia y divulgación de las primeras rutas pecuarias neolíticas en el Pirineo’, cofinanciado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), que se desarrollará también a lo largo de este verano y que tiene como principal objetivo rememorar el camino de los pastores prehistóricos desde Selgua hasta la Cueva de Els Trocs, acompañando a un rebaño trashumante y a su pastor. En este recorrido de más de 100 kilómetros que se prolonga hasta septiembre, los rebaños pueden aprovechar los pastos situados entre 1.500 y 2.000 metros de altitud. 

La labor divulgativa del proyecto se verá ampliada gracias a la grabación de una serie de documentales en colaboración con Televisión Española (TVE), que serán emitidos en el programa ‘La Aventura del Saber’. Estos documentales recogerán todas las actividades relativas al proyecto, que también plantea involucrar a los habitantes de la zona en la investigación, con la intención de que contribuyan a encontrar evidencias de los pastores neolíticos en sus localidades. Se prevé además la creación de Unidades Didácticas en formato digital y en formato impreso para su uso por parte de escolares y de los pobladores de todas las localidades importantes que se distribuyen a lo largo de la cañada del río Isábena, por donde discurren dichos caminos.

Del mismo modo, toda la información relativa al proyecto podrá consultarse a través de una página Web en la que se realizará seguimiento, especialmente de las actividades desarrolladas durante la trashumancia.

Estudios genéticos de los restos de fauna

Por otro lado, a través de otro convenio de colaboración suscrito entre el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (CITA) de Aragón, el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) a través del Instituto de Historia y UVa, se realizarán estudios genéticos de los restos de fauna (se han hallado cerca de 23.000 huesos principalmente de ovejas, cabras y vacas) recuperados en las campañas anteriores en la Cueva de Els Trocs.