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LA UNIVERSIDAD DE VALLADOLID LANZA UNA TERAPIA CELULAR INNOVADORA PARA ENFERMEDADES DE LA SUPERFICIE OCULAR

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

La Universidad de Valladolid, a través del Instituto de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) y del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM, centro mixto UVa-CSIC), ha realizado el primer ensayo en ojo humano en el mundo de una nueva terapia celular para un grave grupo de enfermedes que producen ceguera corneal, agrupadas bajo el término de deficiencia de células madre limbares.

El estudio ha comprobado la eficacia y ha corroborado la seguridad del tratamiento con células madre mesenquimales, que son capaces de diferenciarse en células de diferentes partes del organismo, procedentes de la médula ósea de donantes vivos.

La investigación ha contado con la financiación entre otros organismos del Centro Regional de Medicina Regenerativa y Terapia Celular de Castilla y León, de la Consejería de Sanidad, y el CIBER-BB.

El rector de la Universidad de Valladolid, Antonio Largo Cabrerizo, acompañado por el consejero de Sanidad de la Junta, Antonio María Sáez Aguado, presentaron el 22 de mayo en la sala de prensa del Palacio de Santa Cruz, una terapia celular innovadora para enfermedades de la superficie ocular desarrollada por el IOBA en colaboración con el IBGM.

En la rueda de prensa estuvieron presentes también el director del IOBA, Miguel Maldonado; y las catedráticas Margarita Calonge y Ana Sánchez, coordinadoras del estudio.

El síndrome de deficiencia de células madre limbares conduce a la ceguera por opacidad de la córnea. A pesar de la gravedad de sus efectos, es una enfermedad ocular con una incidencia difícil de estimar.

Se calcula que se producen unos 500 casos nuevos al año en España. Es más habitual en adultos jóvenes (entre 35 y 55 años) y entre las causas que lo originan están las quemaduras químicas (en Europa generalmente asociados a accidentes laborales en la industria), enfermedades inflamatorias inmunes, las enfermedades infecciosas graves, procesos fracasados de trasplante de córnea y otras cirugías, el abuso mantenido de lentes de contacto o la aniridia congénita.

Existe ya un tratamiento para este síndrome con células madre limbares procedentes de un ojo donante y que la Universidad de Valladolid ofrece desde hace unos años. Sin embargo, el procedimiento para la obtención del tejido y la subsiguiente preparación del producto celular son costosos y el paciente requiere de una medicación inmunosupresora para evitar el rechazo.

El equipo de investigación del IOBA, dirigido por la catedrática de Oftalmología Margarita Calonge, se fijó en unas prometedoras células madre, denominadas mesenquimales, y ya empleadas en la regeneración de otras partes del cuerpo como los huesos.

El ensayo clínico, publicado recientemente en la revista científica Translational Research, contó con la colaboración de otro grupo de investigadores en el IBGM, donde se fabrica el producto de terapia avanzada. Este equipo es pionero en el uso de este tipo de células madre en otras aplicaciones como la regeneración del disco intervertebral.

Trasplantes a pacientes
El trabajo de investigación comprendió un total de 37 trasplantes a pacientes con severa afectación corneal por deficiencia de células madre limbares de manera que otras posibles modalidades terapéuticas ya habian fracasado y solo cabía realizarles este tipo de terapia celular.

El estudio empleó el sistema de doble enmascaramiento, un procedimiento por el que ni el equipo de investigación ni el paciente saben hasta ver los resultados si se emplea la terapia experimental o la convencional, en este caso con células madre procedentes del limbo esclero-corneal, límite entre la córnea transparentey la parte blanca del ojo. Los resultados arrojaron porcentajes de éxito cercanos al 90%, superiores al tratamiento celular convencional. 

“Demostramos que las células madre mesenquimales de médula ósea tenían ventajas indudables sobre las procedentes del ojo y eran, además, más eficaces”, resume Margarita Calonge, investigadora principal, por lo que estos resultados abren la puerta a la mejora de los tratamientos de los pacientes con deficiencia de células madre corneales.

“Las células madre mesenquimales no son rechazadas en el ojo de la persona intervenida, tienen excelentes propiedades inmunomoduladoras y, además, el proceso de preparación del producto celular se reduce de 5 semanas a 5 días, con el enorme ahorro que esto supone.

Para esta indicación, se realizó “una deriva de los protocolos” que ya había desarrollado el equipo del IBGM en terapias de regeneración ósea, explica su responsable, la catedrática Ana Sánchez. “Las células madre mesenquimales empleadas en el estudio, denominadas MSV, son propias de Citospin, una empresa de base tecnológica creada en el seno de la UVa”, recuerda Ana Sánchez.

Solicitud de autorización de uso
Tras dar a conocer el avance a la comunidad científica y, anteriormente, a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), quien autorizó previamente el ensayo clínico, la Universidad de Valladolid, a través del IOBA, se ha iniciado el procedimiento de solicitud de autorización de uso para esta nueva aplicación a la AEMPS.

Este organismo público se encarga de supervisar y conceder las licencias para las nuevas terapias sanitarias. Cuando se haya obtenido este permiso, la nueva terapia celular pasará a formar parte de la cartera de servicios de la UVa.

Por su parte, Cistospin tiene solicitada la patente internacional sobre el protocolo de distribución de células madre mesenquimales de Valladolid (MSV), que comprende la criopreservación, la revitalización y el transporte de este material biológico.

Además del apoyo económico de la Junta de Castilla y León a través del Centro Regional de Medicina Regenerativa y Terapia Celular de Castilla y León, la investigación ha contado con la financiación del Programa de Terapias Avanzadas del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, del Centro de Investigación Biomédica en Red de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN), del Instituto de Salud Carlos III y de la Red Española de Terapia Celular.

El IOBA pone a disposición de los pacientes interesados en contactar con los profesionales del instituto y ampliar esta información un teléfono y e-mail exclusivos: 648657808, clet@ioba.med.uva.es

Bibliografía
Margarita Calonge, Inmaculada Pérez, Sara Galindo, Teresa Nieto Miguel, Marina López Paniagua, Itziar Fernández, Mercedes Alberca, Javier García Sancho, Ana Sánchez y José M. Herreras. ‘A proof-of-concept clinical trial using mesenchymal stem cells for the treatmente of corneal epithelial stem cell deficiency’. Translational Research. 2019 Apr; 206:18-40. DOI: https://10.1016/j.trsl.2018.11.003. Epub 2018 Nov 22.

UN TRABAJO COORDINADO POR EL IOBA MINIMIZA UN FÁRMACO EN EL TRATAMIENTO DEL OJO SECO

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

El literato y aviador Antoine de Saint-Exupéry dejó una cita grabada a fuego en la mente de algunos buenos diseñadores: “La perfección se alcanza no cuando no hay nada más que añadir, sino cuando ya no queda nada más que quitar”.

Bajo esta misma premisa parece haber trabajado un equipo científico dirigido desde el Instituto Universitario de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) de la Universidad de Valladolid para mejorar el tratamiento del ojo seco.

La investigación ha empleado en un fármaco la parte más activa de una proteína cuya disminución está implicada en enfermedades inflamatorias y con ello ha mejorado su efectividad.

“La inflamación juega un papel muy importante en el desarrollo del ojo seco”, advierte la responsable de la línea de investigación, Yolanda Diebold, líder de un equipo científico en el grupo de Superficie Ocular del IOBA.

El ojo seco es una enfermedad ocular derivada de la alteración de la composición de la lágrima que baña la parte exterior del órgano visual. Para suplir esta deficiencia, generalmente se emplean colirios.

Sin embargo, las gotas administradas se encuentran una barrera natural muy efectiva que la vuelve impermeable a muchos medicamentos. La parte externa del ojo tiene que batallar día a día con agentes externos agresivos (polvo, microorganismos…), por lo que ha desarrollado una densa capa protectora. El fármaco convencional penetra con dificultad al interior de los tejidos.

Un equipo multidisciplinar de la Universidad de Valladolid, compuesto por biólogos, biotecnólogos, tecnólogos farmacéuticos y optometristas, junto con tecnólogos farmacéuticos de la Universidad Complutense de Madrid, han logrado diseñar un fármaco experimental más pequeño y permeable al usar sólo una pequeña parte de una de las proteínas disminuidas cuando la superficie del ojo se inflama.

La proteína cuyos niveles disminuyen se denomina trombospodina-1. Está presente en los tejidos del cuerpo humano, entre ellos, los oculares. En trabajos experimentales previos, se había observado su implicación en el ojo seco, por lo que se propuso suplementarla desde fuera. “Sin embargo, esta proteína es muy grande y compleja”, matiza Diebold.

Introducir una proteína voluminosa a través de una barrera celular densa es una misión complicada. El equipo investigador seleccionó de la proteína su parte más específica, un péptido, y formuló el sistema de transporte y protección para abrirse camino hacia el interior. Los resultados han sido publicados en Experimental Eye Research.

Cultivos celulares y ojos de cerdo
El fármaco experimental se empleó en células de córnea humanas y en ojos de cerdos obtenidos de mataderos. Los suidos son animales muy parecidos al ser humano en muchos aspectos anatómicos.

El péptido lograba penetrar la córnea y lo hacía más profundamente que los tratamientos convencionales tanto en tiempos cortos, cinco minutos después de la administración, como más largos, una hora.

El equipo investigador quiere llevar ahora el nuevo tratamiento a Estados Unidos. Diebold, doctora en Medicina y Cirugía, colabora habitualmente con un equipo de inmunología de la Universidad de Boston.

Este grupo dispone de unos ratones con ojo seco que carecen por completo de la proteína objetivo y es necesario probar si el fármaco experimental es eficaz contra la enfermedad.

Reducción de los modelos animales
Precisamente, el equipo dirigido por Diebold trabaja en el desarrollo de modelos de estudio in vitro (con cultivos celulares) y ex vivo (con muestras extraídas de pacientes u ojos de cerdo) para reducir la presencia de animales de experimentación en los laboratorios, en consonancia con la directiva europea de 2010.

El ojo seco es una enfermedad ocular con una prevalencia entre el 10 y el 30 por ciento de la población. Se produce en mayor porcentaje en mujeres que en hombres, ya que tiene un componente hormonal.

De hecho, es más frecuente tras la menopausia. No obstante, se ha observado un incremento en los últimos años, también en varones, derivado de la sequedad de ambientes de trabajo o del uso constante de pantallas en oficinas o en la vida cotidiana.

Laura Soriano Romaní, Jesús Álvarez Trabado, Antonio López García, Irene Molina Martínez, Rocío Herrero Vanrell, Yolanda Diebold. ‘Improved in vitro cornela delivery of a thrombospondin-1-derived peptide using a liposomal formulation’. Experimental Eye Research. 167 (2018) 118-121. DOI: https://doi.org/10.1016/j.exer.2017.12.002o

José Carlos Pastor, Premio Castilla y León de Investigación Científica y Técnica e Innovación 2015

Fuente: Comunicación Junta de Castilla y León

José Carlos Pastor ha obtenido el Premio Castilla y León Investigación Científica y Técnica e Innovación en su edición correspondiente a 2015. El jurado ha acordado por unanimidad, concederle este galardón por su intensa actividad investigadora, docente y asistencial. El jurado ha valorado para la concesión de este premio sus investigaciones y la aplicación de la oftalmología en el contexto de la medicina translacional con el lema “investigamos para curar mejor”. Sobresale por su labor de creación, impulso y desarrollo del Instituto Universitario de Oftalmología Aplicada que es un centro de referencia nacional e internacional. Destaca también el perfil humano respecto a pacientes y la formación de profesionales en países en vías de desarrollo.

El jurado del Premio Castilla y León de Innovación Científica y Técnica e Innovación ha estado compuesto por Tomás Girbés, Premio Castilla y León de Investigación científica y técnica 2002 y catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid; María Teresa Sancho, catedrática de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Burgos; José Carlos Pena, catedrático de la Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales de la Universidad de León; Luis Jaramillo, director de Cope Castilla y León; Luis Miguel Torres, director de la Agencia ICAL, y Carlos Travesí, como secretario del jurado.

Los galardonados hasta el momento, con el Premio Castilla de Investigación Científica y Técnica son: Joaquín de Pascual Teresa en 1984; Julio Rodríguez Villanueva en 1985, Ernesto Sánchez y Sánchez Villares en 1986, Pedro Gómez Bosque en 1988, Miguel Cordero del Campillo en 1989, Antonio Cabezas y Fernández del Campo en 1990, José del Castillo Nicolau en 1991, Pedro Amat Muñoz en 1992, Juan Francisco Martín Martín en 1993, Amable Liñán Martínez en 1994, Eugenio Santos de Dios en 1995, Antonio Rodríguez Torres en 1996, Jesús María Sanz Serna en 1997, Antonio López Borrasca en 1998, Alberto Gómez Alonso en 1999, Benito Herreros Fernández en 2000, Luis Carrasco Llamas en 2001, Tomás Girbés Juan en 2002, Carlos Martínez Alonso en 2003, Pablo Espinet Rubio en 2004, José Miguel López Novoa en 2005, Francisco Fernández-Avilés en 2006, Jesús San Miguel Izquierdo en 2007, José Luis Alonso Hernández en 2008, José Ramón Perán González en 2009,  José Antonio de Saja Sáez en 2010, Constancio González Martínez en 2011, Alberto Orfao de Matos Correia e Vale en 2012; Fernando Tejerina García, en 2013 y Manuela Juárez Iglesias, en 2014.

El Premio Castilla y León de Investigación Científica y Técnica e Innovación, a partir de esta edición de 2015, incluye la anterior modalidad de Protección del Medio Ambiente, cuyos galardonados han sido: José Antonio Valverde Gómez, en 1989; Asociación Fapas y Hábitat, en 1990; Grupos Ciconia-Meles, Luis Mariano Barrientos Benito, en 1991; Félix Pérez y Pérez, en 1992; Jesús Garzón Heydt, en 1993; Asociación Soriana de Defensa de la Naturaleza, en 1994; Javier Castroviejo Bolívar, en 1995; Fundación Oso Pardo, en 1996; Ramón Tamames Gómez en 1997, Carlos de Prada Redondo en 1998, SEPRONA, en 1999; Fundación Navapalos, en  2000; Miguel Delibes de Castro, en 2001; Ricardo Díez Hochleitner, en 2002; Eduardo Galante Patiño, en 2003; Estanislao de Luis Calabuig, en 2004; Soria Natural, en  2005; Agentes Medioambientales y Celadores de Medio Ambiente de Castilla y León, en 2006; Federación de Asociaciones Forestales de Castilla y León, en 2007; Bosque Modelo de Urbión, en 2008; el municipio de Atapuerca, en 2009; el Proyecto del coche eléctrico de Renault España, en 2010; José Abel Flores Villarejo, en 2011; Francisco Javier Sierro, en 2012, y María del Rosario Heras Celemín en 2013.

El IOBA prueba con éxito en conejos un nuevo implante de polietileno para pacientes sin globo ocular

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

Investigadores del Instituto Universitario de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) de la Universidad de Valladolid, del Centro en Red de Medicina Regenerativa y Terapia Celular de Castilla y León, del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, de AJL Ophthalmic y del Centro de Investigación Biomédica en Red en Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN), han probado con éxito en un estudio experimental realizado en conejos la seguridad y la biocompatibilidad de un nuevo implante orbital de polietileno poroso de alta densidad desarrollado por el fabricante de productos sanitarios AJL Ophthalmic.

En ocasiones, y debido a traumatismos, infecciones o tumores, los especialistas no pueden evitar la ceguera de un paciente. En estos casos, el objetivo es que los afectados se encuentren lo más cómodos posible, que no sufran dolor y que el ojo ciego sea estéticamente adecuado. Sin embargo, cuando se presenta un dolor fuerte y constante se puede recurrir a la enucleación o a la evisceración, un tratamiento que consiste en vaciar el contenido del globo ocular manteniendo la esclera o paredes del ojo –la “parte blanca”-, preservando así los músculos que mueven el ojo.

Para restaurar el volumen del ojo se recurre a la inserción de una prótesis orbital. Los primeros implantes de estas características estaban realizados de materiales como vidrio, plástico, cartílago y silicona, que presentaban una excelente motilidad (la capacidad de realizar movimientos complejos y coordinados); pero que producían frecuentes complicaciones que conducían a su remoción. Ya en los 90, se empezaron a introducir prótesis elaboradas a partir de hidroxiapatita y polietileno poroso que, además de mejorar la motilidad, ofrecen un mejor aspecto estético.

Aunque existen algunos implantes orbitales de polietileno poroso en el mercado, los mismos presentan algunas complicaciones en el postoperatorio, por lo que se están investigando materiales y diseños mejorados. En concreto, en el estudio encabezado por el IOBA y publicado recientemente en la revista ‘Journal of ophthalmology’, se estudia uno de estos nuevos implantes desarrollado por la firma alavesa AJL Ophthalmic. Se trata de Oculfit, un implante esférico diseñado para ser implantado en la cavidad resultante del globo ocular eviscerado o enucleado. Oculfit está fabricado en polietileno poroso de alta densidad, un material biocompatible, no tóxico ni alergénico, que tiene la ventaja de permitir el crecimiento de los tejidos dentro de él, debido a su estructura de poros abiertos interconectados. Según la directora de I+D de AJL Ophthalmic, Eva Larra, “la naturaleza porosa del material favorece el crecimiento fibrovascular durante el proceso de cicatrización, lo que incrementa la integración biológica y ofrece ventajas con relación a los materiales no porosos, entre ellas reducir el riesgo de infección y conseguir una mejor integración mecánica con los tejidos vecinos”.

Estos implantes disponen de una superficie anterior lisa y una superficie posterior más porosa que facilita su perfecta integración, minimizando el riesgo de exposición a largo plazo. Además, disponen de túneles para facilitar al cirujano la fijación de los músculos rectos directamente al biomaterial. Asimismo, se acompañan de un accesorio introductor que facilita su implantación, evitando la adhesión de tejidos en su tracto.

Validación clínica
El equipo científico ha ensayado el implante en animales de experimentación –conejos-, tras diseñar y probar previamente una técnica quirúrgica similar a la se practica en seres humanos y comprobar la respuesta positiva de los animales.

“Hemos analizado tres tipos de implantes, uno de una empresa que está actualmente en el mercado y dos desarrollados por AJL, OCULFIT I y OCULFIT II, estos últimos se recubrieron con un hidrogel que puede cargarse con factores de crecimiento para mejorar la integración del polímero en el tejido del paciente. Los implantes permanecieron en los animales 90 y 180 días, durante los cuales se realizó periódicamente una evaluación clínica. Pasado ese tiempo se llevó a cabo un análisis de histopatología para comprobar si, a nivel microscópico, se había producido alguna reacción inflamatoria o alguna infección”, detalla el investigador del IOBA Iván Fernández Bueno.

Las tres prótesis probadas obtuvieron resultados similares, de modo que los implantes OCULFIT fueron validados clínicamente, tras registrar parámetros de tolerancia y biocompatibilidad comparables a los del otro producto comercial.

“Con los implantes orbitales Oculfit nuestra empresa pretende dar respuesta a las necesidades de los cirujanos de disponer de un producto de óptima tolerancia y estabilidad en la integración en los tejidos, así como de ofrecer a los pacientes el mayor confort y mejor apariencia estética posibles tras su implantación”, afirma Pedro José Salazar, director general de AJL Ophthalmic.

Estrecha colaboración
Los investigadores del IOBA colaboran desde hace varios años con la empresa AJL Ophthalmic en la realización de ensayos para diferentes productos oftalmológicos que desarrolla la compañía. Próximamente, prevén también iniciar un estudio ‘in vivo’ en conejos a 90 y 180 días para evaluar la seguridad y la biocompatibilidad de un nuevo producto para la reconstrucción del hueso orbital, unas láminas del mismo material que el implante orbital -polietileno poroso de alta densidad- que también pueden recubrirse con un hidrogel cargado con factores de crecimiento, y que se utiliza, por ejemplo, para reconstruir hueso orbital cuando se produce una fractura por traumatismo.

Sobre AJL OPHTHALMIC 
Fundada en 1992, AJL Ophthalmic es una empresa española con sede en Álava (País Vasco) especializada en la fabricación de productos para las especialidades de oftalmología, oculoplastia, reconstrucción cráneo-maxilofacial y vía aérea. La empresa dispone de un laboratorio de investigación, una planta de fabricación en España (Miñano, Álava) y otra en Estados Unidos (Chicago). 
Con vocación innovadora y global, la compañía cuenta con 3 patentes internacionales y una presencia comercial en 71 países. En su compromiso con los profesionales sanitarios y la mejora de la calidad de vida de los pacientes apuesta por la innovación continua en sus productos, tratando de dar respuesta a sus necesidades presentes y futuras.

Referencia bibliográfica:
Fernandez-Bueno, I., Di Lauro, S., Alvarez, I., Lopez, J. C., Garcia-Gutierrez, M. T., Fernandez, I., Larra, E. y Pastor, J. C. (2015). “Safety and Biocompatibility of a New High-Density Polyethylene-Based Spherical Integrated Porous Orbital Implant: An Experimental Study in Rabbits”. Journal of ophthalmology, 2015. doi: 10.1155/2015/904096 

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