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INVESTIGADORES DE LA UVa DESCRIBEN UNA PROTEÍNA CLAVE EN LA FORMACIÓN DEL AISLANTE ELÉCTRICO DE LAS NEURONAS

Fuente: Unidad de Cultura Científica de la UVa

Igual que la electricidad necesita un cableado para que no se escape la corriente, las prolongaciones de las neuronas están recubiertas de otras células que hacen las veces de fundas para que la comunicación entre ellas sea efectiva. Ese recubrimiento se lo ofrecen células gliales y se denomina mielina. En algunas enfermedades, como la esclerosis múltiple, esta capa protectora falla.

Un equipo de investigación del Instituto de Biología y Genética Molecular (centro mixto Universidad de Valladolid-Consejo Superior de Investigaciones Científicas) ha descrito una proteína que juega un papel clave en la compactación del envoltorio.

Su conocimiento ayuda a comprender mejor el sistema de protección de las prolongaciones de las neuronas y, en un futuro aún lejano, podría proporcionar nuevos fármacos para el tratamiento de enfermedades desmielinizantes como la esclerosis múltiple.

La apolipoprotreína D es una vieja conocida para el equipo de investigación que encabezan Lola Ganfornina y Diego Sánchez, adscritos al Departamento de Bioquímica y Biología Molecular y Fisiología de la UVa.

Desde 1992 han trabajado con esta molécula. Su papel más conocido es el de guía para las neuronas. En la fase embrionaria, las neuronas tienen una forma redondeada, pero poco a poco empiezan a estirar sus brazos, denominados axones, por los que se transmiten las señales eléctricas y químicas que dan sentido a todo el sistema nervioso.

¿Cómo saben las neuronas hacia dónde crecer? Esta proteína, también conocida como ApoD, hace de lazarillo y les enseña el camino.

Su papel no queda reducido a este pastoreo. La mielina es una vaina para los axones, las prolongaciones de las neuronas. Las células gliales protectoras se envuelven en torno a estos extremos, pero entre sus capas pueden dejar espacios. Si la funda queda deteriorada, las neuronas, células transmisoras del impulso nervioso, quedan expuestas a un daño.

El IBGM ha descubierto ahora que para compactar estas vainas, la célula emplea la proteína ApoD. El trabajo ha sido publicado recientemente en la revista científica Glia.

En un trabajo experimental con ratones, el equipo investigador observó que aquellos en los que no se expresaba la proteína tenían una vaina más débil. En estos ratones, las células de su sistema nervioso envejecían más rápidamente. La investigación ha sido desarrollada en colaboración con el Instituto de Neurociencias de Castilla y León, de la Universidad de Salamanca.

“Llevamos persiguiendo las pistas que va dejando ApoD en las células gliales como si fuera una película policiaca”, explica Lola Ganfornina. Mediante imágenes de microscopía electrónica y confocal, el equipo científico observó la última pista, un movimiento de la proteína objeto de estudio desde la membrana, donde se sitúa de forma general, al interior de la célula.

En la célula existe un sistema de reciclaje denominado lisosoma. Reutiliza compuestos que la célula ha desechado inicialmente o los reduce para expulsaros de forma ordenada al exterior. También ayuda a reciclar la membrana de la mielina, y de esta forma se controla su compactación, que la convierte en vaina aislante.

Cuando el lisosoma no está estable, las funciones de reparación y reciclado se descontrolan y empiezan a afectar a otras partes de la célula. Es el origen de enfermedades como la de Niemann-Pick de tipo A. La proteína ApoD sirve de apoyo al lisosoma para evitar o minimizar su descontrol.

Aplicaciones
Al saber cómo ApoD ayuda concretamente a compactar la mielina, este conocimiento puede ser útil para desarrollar nuevos fármacos en enfermedades desmielizantes, como la esclerosis múltiple. También puede servir para enfermedades donde el lisosoma yerra, no solo en células de la mielina, sino en otras células gliales.

La proteína ApoD está presente en estas células auxiliares del sistema nervioso, tanto en los astrocitos, que intervienen secundariamente en la sinapsis entre las neuronas, como en la mielina, la capa que protege las prolongaciones transmisoras de las señales eléctricas de las neuronas.

En los animales que no disponen de esta proteína, se ha observado que el cerebro envejece antes. En experimentos de comportamiento con ratones, aquellos que tenían anulada la expresión de la proteína perdían capacidades cognitivas asociadas a la memoria. A todos se les proporcionaba estímulos nuevos.

El ratón es un animal curioso por naturaleza, por lo que se acercaban a estos estímulos, tales como figuras decorativas u otros objetos. Cuando se cambiaba alguna de estas piezas, los animales sanos se centraban en la nueva, mientras que los que tenían la proteína anulada no eran capaces de reconocer la novedad y regresaban a los ya observados.

“No tenían recuerdos o eran muy vagos, por eso exploraban todos los estímulos indistintamente”, explica Ganfornina. Este deterioro está vinculado a enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer.

Nadia García Mateo, Raquel Pascua Maestro, Alberto Pérez Castellanos, Concepción Lillo, Diego Sánchez, María Dolores Ganfornina. ‘Myelin extracelular leaflet compaction requires apolipoprotein D membrane management to optimize lysosomal-dependent recycling and glycocalyx removal’. Glia. DOI: 10.1002/glia.23274

PRESENTADA UVAINNOVA, LA GRAN ESTRUCTURA QUE AGRUPA TODOS LOS SERVICIOS DE TRANSFERENCIA DE CONOCIMIENTO DE LA UNIVERSIDAD DE VALLADOLID

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

El rector de la Universidad de Valladolid, Daniel Miguel San José, acompañado por el vicerrector de Desarrollo e Innovación Tecnológica, Celedonio Álvarez González,  ha presentado UVainnova, un proyecto que va a potenciar la innovación de la Universidad de Valladolid y que nace como resultado del Plan Estratégico de Transferencia de Conocimiento de la UVa 2016-2020.

El acto también ha contado con la intervención de Pedro César Álvarez Esteban, del Departamento de Estadística e Investigación Operativa de la Universidad de Valladolid, que ha explicado su experiencia en transferencia de conocimiento como investigador.

A continuación, el director general del Grupo Gadea Farmacéutico, Francisco Javier Gallo Nieto, ha expuesto el punto de vista de la transferencia de conocimiento desde la perspectiva de la empresa.

En la Universidad de Valladolid, además de formar a futuros profesionales y generar conocimiento a través de la investigación, se contribuye al desarrollo económico y social de Castilla y León a través del trabajo de los más de 2.000 investigadores que forman parte de la institución.

Esas investigaciones tienen un impacto directo en el entorno, a través de actividades de transferencia de conocimiento que facilitan el contacto entre la comunidad investigadora y las empresas.

Todo esto revierte en un beneficio mutuo: las empresas se benefician de la investigación, la innovación y la experiencia de los más de 170 grupos de investigación de la Universidad de Valladolid, y a su vez, los grupos incrementan sus oportunidades científico-técnicas y financieras, para explorar nuevos proyectos.

UVainnova
Sin embargo, la Universidad de Valladolid es consciente de lo difícil que es para un investigador transferir su conocimiento. Gestar una idea, conseguir financiación, investigar, proteger los resultados y conseguir socios para desarrollarla, entre otras tareas.

Por ello, y con el objetivo de potenciar la innovación, nace UVainnova: un punto de encuentro donde se aconseja y asiste a empresas e investigadores en materia de transferencia.

Con esta iniciativa, se facilita a los investigadores de la Universidad de Valladolid el acceso a nuevos recursos de financiación a través de la colaboración con empresas y entidades y la participación en programas nacionales e internacionales.

Con UVainnova se pretende generar un mayor impacto de la investigación en la sociedad protegiendo y explotando los resultados y, también, ayudar a aquellos investigadores que quieran constituir su propia empresa.

Además, se ofrecen los servicios necesarios para llevar la investigación al siguiente nivel.

Seis agentes
UVainnova cuenta con un equipo de profesionales especializados en los diversos aspectos de la investigación y transferencia del conocimiento, que asistirán a investigadores y empresas en el proceso de transferencia de conocimiento.

Estos agentes de transferencia se agrupan en seis unidades: Unidad de Innovación, Unidad de Patentes, Oficina de Proyectos Europeos, Unidad de Creación de Empresas, la Unidad de Comunicación y el Parque Científico.

En definitiva, UVainnova nace para dar respuesta a las necesidades de la Universidad de Valladolid, que crezca en materia de transferencia y se beneficie el tejido empresarial de Castilla y León.

INVESTIGADORES DE LA UVa LOGRAN DETECTAR VARIOS VIRUS QUE INFECTAN A UN PELIGROSO PATÓGENO FORESTAL MEDIANTE EL USO DE LAS NUEVAS TÉCNICAS DE SECUENCIACIÓN DEL GENOMA

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

Las nuevas técnicas de secuenciación de genomas son capaces de obtener millones de secuencias de ADN (o ARN) en un solo procesado de la muestra.

Investigadores de la Unidad de Patología Forestal del Campus de Palencia (iuFOR; UVa-INIA) en colaboración con el Natural Resources Institute Finland (LUKE, Finlandia) han puesto a punto el uso de secuenciación masiva de ARN para identificar virus asociados a un peligroso patógeno forestal: Fusarium circinatum, el hongo causante del chancro resinoso del pino.

Esta especie provoca gran mortalidad de plántulas de pino en vivero, causando graves daños al arbolado adulto en pinares y repoblaciones alrededor del mundo, incluido nuestro país.

“Esta clase de análisis provee de millones de datos, pero identificar un virus entre miles de secuencias requiere de un minucioso análisis bioinformático” explica E. Jordán Muñoz Adalia investigador predoctoral de la UVa.

Los virus que infectan hongos forestales pueden en ocasiones ser de utilidad para detener estas patologías del arbolado, puesto que algunos de ellos debilitan al hongo, haciendo que la planta supere la enfermedad.

“Con estos métodos, es posible detectar virus incluso cuando se encuentran en muy baja proporción en las muestras silvestres” añade J.J. Diez Casero, director de la investigación. El trabajo está también supervisado por la investigadora del Campus de la Yutera Mercedes Fernández.

Los resultados del estudio, que han sido recientemente publicados en la revista internacional Archives of Virology (de la prestigiosa editoral Springer), serán de gran utilidad en el estudio de esta grave enfermedad forestal que provoca cuantiosas pérdidas económicas en España.

El Instituto de Investigación en Gestión Forestal Sostenible de la UVa, al que pertenecen los miembros del trabajo, está llevando a cabo una intensa actividad en el estudio de diversas patologías forestales, donde se han desarrollado ya una quincena de tesis doctorales.

Los miembros de esta Unidad coordinan diversos proyectos nacionales e internacionales sobre esta enfermedad, como el Proyecto PINESTRENGTH (financiado por la Unión Europea), en el que participan 36 países de todo el mundo.

Durante su existencia, este grupo ha organizado diversas reuniones internacionales, como el Congreso IUFRO (International Union of Forest Research Organizations) celebrado en el año 2011, sobre enfermedades forestales, que contó con la participación de investigadores de 17 países; o de carácter nacional, como el congreso de la Sociedad Española de Fitopatología (SEF) que se desarrolló en el año 2016 en el Teatro Principal y en el Palacio de la Diputación de Palencia.

LA ADICIÓN DE SUSTANCIAS ÁCIDAS NATURALES MEJORA LOS PRODUCTOS SIN GLUTEN DE NUEVA HORNADA

Fuente: UVadivulga/UCC Universidad de Valladolid

Cada vez es más habitual la presencia de productos sin gluten en las estanterías de los supermercados. Además de las personas con celiaquía u otras patologías asociadas a este conjunto de proteínas presentes en cereales como el trigo, existen consumidores que demandan estos alimentos de forma creciente.

Al calor de esta demanda, un grupo de investigación de la Universidad de Valladolid, ProcerealTech, trabaja en mejorar las propiedades nutricionales y el sabor de estas alternativas a los panes, bollos o galletas convencionales.

Recientemente han observado que la adición de sustancias ácidas naturales, similares a las producidas de forma espontánea por las masas madre utilizadas tradicionalmente en la elaboración de panes de trigo, permiten una mejora de estos productos.

En el horno de cualquier tahona, hay un momento en el que la masa fermenta y se reduce su pH. Como si se tratara de una panadería, el equipo científico ha utilizado la acidificación y la adición de proteínas exógenas, además de otros ingredientes de alto valor nutricional, para mejorar las características de estos alimentos.

“Generalmente, se emplea harina de arroz u otras harinas pobres desde el punto de vista nutricional para elaborar los productos sin gluten”, explica Felicidad Ronda, responsable del equipo de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias del campus de la UVa en Palencia.

Para mejorar las características nutricionales y organolépticas de la harina de arroz como substituta del trigo, se emplea almidón procedente de arroz, maíz, patata o tapioca. Una línea de investigación de esta unidad de investigación consolidada reconocida por la Junta de Castilla y León trabaja en el enriquecimiento proteico de productos sin gluten.

Para ello, complementa las harinas de arroz con proteína de guisante, de soja, de albúmina de huevo o de caseína de leche de vaca o modifican el proceso mediante la acidificación de las masas, como se hace en la elaboración del pan de trigo.

Margen de mejora
Un trabajo de investigación publicado en la revista científica Food Hydrocolloids presenta unas mejoras en la elaboración de alimentos en los que se han cambiado la proporción de dos tipos de ingredientes: por un lado, el tipo de almidón (patata, arroz o tapioca); por otro, la proteína añadida (soja o albúmina de huevo).

A partir de esta labor de cocina científica, el equipo del Departamento de Ingeniería Agrícola y Forestal con sede en el edificio Lucía del campus Miguel Delibes de Valladolid obtuvo geles más consistentes y adecuados para su uso alimentario.

Los geles se forman en la elaboración de cremas salsas y postres. “Estudiamos las bases científicas que nos permiten elaborar productos sin gluten más nutritivos y apetitosos”, explica Marina Villanueva, a cuya tesis doctoral pertenecen estos resultados obtenidos en colaboración con la Universidad Aristóteles de Salónica (Grecia).

El trabajo de investigación ha permitido establecer un margen de maniobra en la modificación del nivel de acidez que ahora puede resultar útil a la industria agroalimentaria.

En concreto, la adición de un porcentaje de proteína procedente de albúmina de huevo o de soja combinado con la reducción del pH es capaz de modificar las temperaturas de cocinado y las consistencias de los geles obtenidos a partir de almidones de arroz, patata o tapioca empleados en los productos sin gluten. Con ello, se podrán mejorar las formulaciones de estos productos.

Para ello, el equipo empleó técnicas de laboratorio como la calorimetría diferencial de barrido, la medida de propiedades reológicas de los geles y la microscopía laser con focal para observar los cambios.

Otras líneas
En el objetivo de obtener mejores productos sin gluten, la unidad investigadora también ha trabajado en el enriquecimiento con fibra soluble a partir de avena o cebada y actualmente mantiene abiertas dos líneas en el estudio de la modificación física de harina sin gluten y en la búsqueda de granos distintos para la obtención de nuevas harinas de elevado valor nutricional (como el teff o el trigo sarraceno).

Gluten como sinónimo de saludable
A pesar de la demanda creciente por parte de un sector de consumidores, la investigadora principal, Felicidad Ronda, recuerda que “no hay nada que demuestre el perjuicio para la salud del consumo de productos con trigo para aquellas personas que no padecen celiaquía ni ninguna otra forma de intolerancia al gluten/trigo”.

No obstante, para la científica “es obligado ofertar materias primas diferentes al trigo para diversificar la dieta y aumentar la oferta de productos saludables a los consumidores”.

Marina Villanueva, Felicidad Ronda, Thomas Moschakis, Athina Lazaridou, Costas G. Biliaderis, ‘Impact of acidification and protein fortification on termal properties of rice, potato and tapioca starches and rheological behaviour of their gels’. Food Hydrocolloids. 79 (2018). 20-29

LA PICA DE LA UVa EN LA ANTÁRTIDA: EL GOA INSTALA UN FOTÓMETRO SOLAR Y LUNAR EN EL POLO SUR

Fuente: El norte de Castilla/Victoria M. Niño

El turismo espacial ha proyectado el espejismo de un planeta Tierra de fácil acceso y recorrido. Sin embargo, llegar a sitios como la Antártida sigue siendo difícil.

De allí acaban de volver dos investigadores de la Universidad de Valladolid que han puesto la primera pica de esta institución en una base permanente para recoger datos durante todo el año de la luz solar y la lunar.

Carlos Toledano y Ramiro González son la punta de lanza del Grupo de Óptica Atmosférica (GOA), que estudia los aerosoles, las partículas líquidas y sólidas en suspensión y su incidencia en el cambio climático. Dicho grupo tiene ya presencia en los dos polos.

Ángel M. de Frutos dirige el GOA en el que trabajan 16 personas, tres de ellas en Tenerife. Desde hace casi tres décadas escrutan las citadas partículas que por su variedad, por su tamaño y por su diferente origen son más complejas, más refractarias a cualquier sistematización.

Frente a la omnipresente amenaza del dióxido de carbono que mina el aire que respiramos, hay toda una serie de nubes caprichosas formadas, por ejemplo, por los sulfuros de los volcanes, los restos de la combustión de energías fósiles o los silicios que mueven los vientos saharianos.

El interés de las medidas de la luz y la presencia de los aerosoles tiene tres objetivos principales, como explica De Frutos: «El primer es el de la salud, que nosotros no tocamos. El segundo tiene que ver con los satélites: desde las medidas en tierra se validan los sensores portados en satélites o aviones. Y un tercero, relacionado con el cambio climático».

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