Fuente: Innnovadores-Diario de Valladolid-El mundo
Los desechos tienen derecho a vivir una segunda oportunidad. Y más en tiempos de crisis. Agudizar el ingenio y buscar esa salida que, además de revalorizar el producto, sea sostenible es una necesidad.
Eso es lo que ha hecho el investigador de la Universidad de Valladolid (UVA) Alberto Romero, que ha creado Cathycel, una biorefinería para valorizar residuos de la industria azucarera.
En concreto propone aprovechar la pulpa de remolacha y convertirla en sorbitol, un producto interesante para la industria cosmética, farmacéutica y alimentaria, además de ser un edulcorante de bajo poder calórico.