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UN EQUIPO DEL CAMPUS DE PALENCIA CONSIGUE FINANCIACIÓN PARA INVESTIGAR LA RECUPERACIÓN DE NITRÓGENO DE LOS PURINES

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

Los grupos de investigación expertos en la gestión de residuos ganaderos pertenecientes a la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias del campus de la UVa en Palencia y del ITACyL han conseguido un Proyecto de investigación Life, que propone la recuperación del nitrógeno (N) contenido en purín porcino y gallinaza, así como durante los procesos de compost y digestión anaerobia mediante el uso de la tecnología de membranas permeables a los gases.

De esta forma se pretende obtener una sal de amonio fertilizante de gran valor económico a partir de materias primas residuales, al tiempo que se reduce la contaminación medio ambiental debida a las emisiones de NH3 que generan estas corrientes.

El proyecto plantea el aprovechamiento de efluentes ganaderos del sector porcino, avícola, compost y digestado con alta carga amoniacal para recuperar el N que contienen, al tiempo que se reducen las emisiones de NH3 (amoniaco) a la atmósfera. El tratamiento de estas corrientes residuales mediante procesos biológicos implica la pérdida de nitrógeno, que es un nutriente de gran valor agronómico.

Sin embargo, su tratamiento es necesario, especialmente en zonas de gran concentración ganadera donde la aplicación en exceso de purín como fertilizante orgánico provoca contaminación del agua, el suelo y la atmósfera.

En el caso del digestado, la recuperación del nitrógeno tiene dos grandes ventajas. Por un lado, el NH3 es un inhibidor del proceso de digestión anaerobia en concentraciones de entre 100-1100 mg N/L (Angelidaki and Ahring, 1993), por lo que la recuperación de dicho NH3 mediante las membranas permeables a los gases reduciría los problemas de inhibición mencionados.

Por otro lado, el digestado se utiliza como fertilizante para su aplicación al campo, estando dicha aplicación supeditada a su contenido en N, pero si se redujera dicho contenido recuperando parte del N se podría aplicar más digestado en la misma extensión de terreno, lo que favorecería su aplicación en Zonas Vulnerables donde la aplicación de N está limitada a 170 kg N/ha/año. Este último caso también se puede aplicar al purín cuando se utiliza como fertilizante orgánico.

El proyecto esta relacionado con los siguientes temas:
• Protección medioambiental: aguas, suelo, aire
• Reducción de las emisiones de amoníaco (calidad del aire).
• Bienestar animal en las naves de porcino y avícolas.
• Recuperación de N de gran valor económico para el sector agrícola.

Equipos científicos:
• Coordinación científica: Mercedes Sánchez Báscones. Universidad de Valladolid (E.T.S. de Ingenierías Agrarias de Palencia) GIR TADRUS.
• Equipo coordinado por Mari Cruz García González. Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACyL)
Coordinador administrativo: Fundación General de la Universidad de Valladolid

Lugares donde se realizará el proyecto:
• Granja EPORCyL. Explotación de cerdas reproductoras situada en San Pedro de Cansoles, Guardo (Palencia). 
• Explotación avícola de huevos camperos La Cañada soriana, Aldealafuente (Soria)
• Instalaciones de la empresa, ENUSA (Salamanca) para la captación de amonio en el proceso de digestión anaerobia de purines de cerdo

Duración del proyecto: tres años (del 1 de octubre de 2016 a 30 de septiembre de 2019)

Financiación del proyecto: 1.765.527 euros

UN PROYECTO NACIONAL EN EL QUE PARTICIPA LA UVa ESTUDIA LA PRODUCCIÓN DE BIOBUTANOL A PARTIR DE RESIDUOS DE LA CERVEZA

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

Investigadores del Grupo de Tecnología de Procesos Químicos y Bioquímicos de la Universidad de Valladolid (UVa) trabajan en un proyecto del Plan Nacional de I+D+i, con la colaboración de investigadores del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACYL), en el que estudian el empleo del bagazo de la cerveza, el residuo sólido que se genera en el proceso de elaboración de la cerveza, para la producción de biobutanol, un tipo de biocombustible con gran potencial debido a su similitud con la gasolina.

“Una línea importante de cara al futuro es la producción sostenible de biocombustibles. Nosotros hemos trabajado en la producción de biobutanol a partir de distintos residuos agrícolas como la paja de cereal o la melaza, un subproducto de la industria azucarera, y ahora estamos estudiando el aprovechamiento del residuo sólido de la cerveza, el bagazo”, subraya la investigadora, quien añade que el proyecto nacional, recientemente concedido, se extenderá a lo largo de tres años.Como detalla María Teresa García Cubero, investigadora del Grupo de la UVa y responsable del proyecto, una de sus principales líneas de investigación se centra actualmente en el aprovechamiento de residuos de tipo agrícola para la obtención de biocombustibles como el bioetanol o el biobutanol. No obstante, este último presenta mayores ventajas ya que contiene un índice de octanaje similar al de la gasolina y se podría utilizar en mayores porcentajes que el bioetanol sin modificar los motores de combustión.

El bagazo de la cerveza está disponible en grandes cantidades (se estima que representa cerca del 30 por ciento del grano de la cebada), por lo que las industrias cerveceras tienen especial interés en su valorización y utilización como recurso para generar nuevos productos de valor añadido, como es el caso del biobutanol. Nuevas líneas de negocio que permitirían además cerrar el ciclo de producción. No obstante, el aprovechamiento de estos residuos está aún poco explotado, sobre todo en el caso de las pequeñas empresas cerveceras, que tendrían en el ámbito de los biocombustibles una buena forma de dar salida a este subproducto.

En el caso del proyecto del Plan Nacional, será una empresa de Montemayor de Pililla (Valladolid) que elabora distintas variedades de cerveza artesanal, Cerveza Milana, la que aporte el bagazo como materia prima para la obtención de biobutanol.

Un proceso complejo
María Teresa García Cubero explica el proceso por el que se obtienen biocombutibles a partir de residuos agrícolas. “Todos los residuos de tipo agrícola tienen varios componentes fundamentales, compuestos de tipo celulosa o hemicelulosa y mayor o menor contenido en lignina. Esos carbohidratos (celulosa y hemicelulosa) son una fuente potencial de azucares que podemos fermentar y transformar en biocombustible. Nuestro objetivo, primero, es tratar de conseguir la mayor cantidad de azúcares presentes en estos compuestos para luego obtener el mayor rendimiento posible”, señala.

Para ello, han desarrollado diversos pretratamientos, como uno a partir de ozono con el que consiguen modificar la estructura del residuo y mejorar la accesibilidad de los azúcares presentes en la materia prima. “Posteriormente tenemos que convertirlos en compuestos más pequeños para que los microorganismos los puedan transformar, lo que realizamos mediante un proceso denominado hidrólisis enzimática. No obstante, una limitación importante de este tipo de procesos, de cara a un posterior escalado industrial, es que se trabaja con concentraciones muy pequeñas. Nuestro objetivo en este proyecto es trabajar con la mayor cantidad posible de sólidos en el proceso, para luego tener concentraciones de azúcares altas y poder fermentar con buenos rendimientos. Es algo que no está desarrollado a nivel comercial y actualmente estamos en proceso de adquisición de un equipo que se encuentra en periodo de pruebas”, apunta.

Respecto a la fermentación, los investigadores utilizan microorganismos del género Clostridium, un género de bacterias capaces de fermentar a butanol con rendimientos adecuados. Como destaca la investigadora, “siempre se trata de trabajar con cepas naturales, cepas no modificadas genéticamente, en condiciones sencillas de mantenimiento y operación y que no suponen un riesgo para la salud, ya que la idea final es trasladar el proceso a una escala industrial sea de manera simple y con el menor coste”.

Diez años de actividad
El Grupo de Tecnología de Procesos Químicos y Bioquímicos ha obtenido recientemente la calificación de Unidad de Investigación Consolidada por parte de la Junta de Castilla y León, un distintivo que reconoce a los grupos de investigación de la comunidad que cuentan con un mayor nivel de calidad y de producción científica.

El grupo, que se constituyó formalmente hace diez años, está compuesto por varios profesores del Departamento de Ingeniería Química y Tecnología del Medio Ambiente de la UVa, Gerardo González, su fundador, Susana Lucas, Mónica Coca y la propia María Teresa García Cubero.

Además del desarrollo de bioprocesos y tecnologías de fermentación (la optimización y diseño de biorreactores y la obtención de bioproductos como biocombustibles líquidos o ácidos orgánicos), el equipo ha trabajado en estos años en el tratamiento de efluentes y residuos, la obtención de enzimas y biopolímeros o el desarrollo de tecnología en el proceso de fabricación de azúcar (plantas piloto, sistemas de adsorción/intercambio iónico, cristalización, etc.) dentro del Centro de Tecnología Azucarera (CTA) de la UVa en el que también colaboran profesores de los departamentos de Ingeniería de Sistemas y Automática y de Química Analítica.

Investigadores del Campus de Palencia estudian el empleo de orujo de uva en la alimentación del ganado ovino

Cristina-Guerra-Rivas-investigadora-del-Grupo-Produccion-y-Alimentacion-de-Rumiantes-de-la-UVa-que-ha-centrado-su-tesis-doctoral-en-la-materia

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

El Grupo de Investigación Reconocido (GIR) Producción y Alimentación de Rumiantes de la Universidad de Valladolid (UVa), que desarrolla su labor en el Campus de Palencia, trabaja en una línea de investigación centrada en la producción de carne y leche de calidad, en el marco de la cual ha estudiado el empleo de orujo de uva en la alimentación del ganado ovino.

Según detalla la coordinadora del Grupo de Investigación, la doctora Teresa Manso, perteneciente al Área de Producción Animal del Departamento de Ciencias Agroforestales de la UVa, en la alimentación de los rumiantes en general, y del ganado ovino en particular, es muy habitual utilizar subproductos de la industria agroalimentaria, “ya que esto permite aprovechar productos que de otra manera serían únicamente residuos, con la importancia que este tema presenta desde un punto de vista medioambiental, y también para reducir el coste de la ración y proporcionar sustancias bioactivas con efectos beneficiosos sobre la calidad de los productos (carne y leche) y la salud de los consumidores”.

En el caso de la industria vitivinícola, en el proceso de elaboración del vino se generan distintos subproductos, como los orujos, con un interesante contenido en compuestos fenólicos que destacan por su poder antioxidante, entre otras propiedades. No obstante, según las estimaciones sólo un 3 por ciento de la producción nacional se destina a alimentación animal.

Asimismo, una de las estrategias más comúnmente utilizadas para prevenir la oxidación lipídica de la carne es la utilización de antioxidantes en las raciones. En muchas ocasiones se utilizan antioxidantes de síntesis, cuyo uso está bastante restringido en algunos países debido a sus efectos tóxicos o carcinogénicos, por lo que existe un gran interés por desarrollar antioxidantes de origen natural para su posible utilización en alimentación animal.

Por ello, “el interés del empleo de los subproductos de la elaboración del vino por parte de los ganaderos y las empresas del sector de la alimentación animal radica en la riqueza en compuestos fenólicos que presenta y en que pueden actuar sobre la estabilidad oxidativa y la calidad de los productos obtenidos”, afirma la investigadora. Sin embargo, los trabajos realizados en ganado ovino sobre el empleo de subproductos ricos en compuestos fenólicos como el orujo de uva son aún muy escasos.

Para avanzar en este sentido, el Grupo de la UVa, en colaboración con investigadores del Instituto de Ganadería de Montaña (CSIC-Universidad de León) y del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACYL), ha analizado el efecto de la incorporación de orujo de uva en las distintas fases productivas del ganado ovino (ovejas en lactación y en corderos de cebo) sobre los rendimientos productivos y la estabilidad oxidativa y vida útil de la carne de lechazo y de cordero en relación con el antioxidante habitualmente utilizado.

Los investigadores han realizado varias pruebas experimentales con animales que han permitido, por un lado, conocer el valor nutritivo del orujo de uva procedente de distintas bodegas de Castilla y León (su composición química, digestibilidad, degradabilidad y actividad ruminal en ganado ovino); por otro, evaluar el efecto de la incorporación de orujo de uva en raciones de ovejas en inicio de lactación sobre la producción y composición de la leche y sobre los rendimientos productivos y las características de la canal y de la carne de los lechazos producidos; y por último estudiar el efecto de la inclusión del orujo de uva en la ración de los corderos durante la fase de crecimiento-cebo sobre los rendimientos productivos, las características de la canal y de la carne, el perfil de ácidos grasos de la grasa intramuscular y la vida útil de la carne de los corderos.

Efectos positivos en la calidad de la carne
Los resultados obtenidos en este trabajo ponen de manifiesto que la incorporación de orujo de uva a los niveles estudiados en la ración de ovejas en lactación y en corderos en crecimiento-cebo “presenta un efecto positivo sobre la estabilidad oxidativa y el color de la carne, sin que los rendimientos productivos de los animales se vean afectados”, detalla Manso. Del mismo modo, se han observado mejoras en el perfil lipídico de la carne, “ya que en algunos casos los niveles de ciertos ácidos grasos beneficiosos para la salud humana como el ácido ruménico se han visto incrementados al incluir este subproducto”.

Para completar estos estudios, los investigadores consideran necesario la realización de un mayor número de estudios sobre el efecto de distintos niveles de inclusión de orujo de uva en distintas fases productivas del ganado para poder realizar recomendaciones concretas y optimizar los sistemas de alimentación del ganado ovino y la calidad de la carne de cordero. Asimismo, creen que es preciso estudiar métodos de incorporación y conservación con bajo coste, ya que se trata de un subproducto estacional y con alto contenido en humedad, para mantener su disponibilidad a lo largo del año.

Tesis doctoral con Mención Internacional
Los trabajos, han centrado a lo largo de cinco años la tesis doctoral de la investigadora del grupo Cristina Guerra Rivas, han sido financiados a través de sendos proyectos del Ministerio de Economía y Competitividad y de la Junta de Castilla y León. Asimismo, Guerra ha disfrutado de una beca de introducción a la investigación de la Universidad de Valladolid y durante cuatro años de una beca FPU del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Durante este periodo la investigadora ha realizado una estancia predoctoral en el laboratorio de Qualidade da Carcaça e da Carne de la Escola Agraria de Bragança (Portugal), donde ha tenido la oportunidad de trabajar en técnicas instrumentales y analíticas de calidad de la carne, en análisis sensorial de la misma y en técnicas de análisis estadístico de los datos.

La tesis doctoral, dirigida por Teresa Manso y por la doctora Ceferina Vieira, fue defendida el pasado 20 de octubre en la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de Palencia, con la calificación de sobresaliente “Cum laude” y Mención Internacional.

Rebano-ovino-churro.jpg_116528909Cristina-Guerra-Rivas-trabajando-en-uno-de-los-laboratorios-del-GIR-Produccion-y-Alimentacion-de-Rumiantes-de-la-UVa.jpg_116526055