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EL PROYECTO MEDELTIA MUESTRA CÓMO ERA LA COSECHA DE MIJO Y PANIZO EN EL NEOLÍTICO

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

Emular cómo era la cosecha de mijo y panizo en el Neolítico y explicarlo de forma divulgativa para acercar la Prehistoria a todo tipo de públicos.

Este es el objetivo de la nueva actividad del proyecto MEDELTIA ‘La memoria de la tierra: el origen de la agricultura en perspectiva’, que se desarrolló entre el 14 y el 16 de septiembre en las instalaciones del parque Paleolítico Vivo, situado en el entorno de Salgüero de

El equipo del proyecto científico y divulgativo, dirigido por el profesor de la Universidad de Valladolid (UVa) Manuel Rojo Guerra y financiado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), se ha trasladado esta vez a la provincia burgalesa para completar una de sus últimas fases.

Durante dos días, provistos de hoces prehistóricas fabricadas para la ocasión, al estilo de las halladas en distintos yacimientos arqueológicos neolíticos a lo largo de la Península Ibérica, segarán y cosecharán los cereales sembrados durante la primavera en una parcela que ha puesto a disposición del proyecto Paleolítico Vivo.

En ella no solo se recrea la agricultura, sino que se está construyendo un auténtico poblado con el que se pretende mostrar cómo vivían las gentes del Neolítico. Así, en estos días, se prevé también concluir las labores de construcción de sendas cabañas neolíticas.

Finalmente,  se organizará una actividad paralela centrada en la música prehistórica. Expertos en música prehistórica del Área de Música de la Universidad de Valladolid (UVa) se acercarán al poblado neolítico y enseñarán algunos de los instrumentos que han fabricado para evocar los sonidos prehistóricos. Además, fabricarán in situ tambores prehistóricos con cerámicas y pieles de cabras.

Esta actividad y todas las que se desarrollan estos días están siendo filmadas por un equipo de Televisión Española, que prevé la elaboración de una serie de documentales que serán emitidos en el espacio ‘La Aventura del Saber’ de La 2.

No es la primera vez que el equipo dirigido por el profesor Rojo Guerra participa en este tipo de documentales divulgativos, ya que sus actividades arqueológicas en diferentes yacimientos españoles y sus proyectos de difusión, como MEDELCA ‘La Memoria del Camino: Ciencia y divulgación de las primeras rutas pecuarias neolíticas en el Pirineo’, han protagonizado anteriormente otros documentales.

Acercar el Neolítico a los estudiantes y al público en general

El proyecto MEDELTIA tiene como fin último acercar a los estudiantes al Neolítico y, en concreto, a las primeras actividades agrarias, para despertar su vocación científica. Además, a través de su emisión televisiva, busca llegar al público en general.

El proyecto engloba el ciclo agrícola completo. En el mes de marzo, estudiantes de Bachillerato del Colegio SAFA-Grial de Valladolid recibieron formación a cargo de la especialista en agricultura prehistórica del CSIC Leonor Peña-Chocarro.

Después, participaron en un taller de fabricación de herramientas prehistóricas a orillas del Pisuerga con el asesoramiento de Eduardo Cerdá, del parque Paleolítico Vivo, así como de su profesor de Historia e Historia del Arte, Pablo de Castro Martín.

Posteriormente, alumnos del IES Ribera de Castilla de Valladolid procedieron a la elaboración de mangos de madera de haya para cada herramienta, en el marco del trabajo docente y divulgativo del Departamento de Madera del este centro educativo, dirigido por Isabel Molinero.

Ya en el mes de julio, los propios estudiantes cosecharon el trigo plantado en las instalaciones de INEA-Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola en Valladolid, con hoces de mango longitudinal, transversal y mesorias, también construidas al estilo de las utilizadas por los agricultores neolíticos.

Para esta actividad el proyecto contó con la colaboración del profesor de INEA Abel Barrios.

Con la actividad agrícola desarrollada estos días en Salgüero de Juarros el proyecto da uno de sus últimos pasos. Pero su labor de divulgación seguirá su curso.

Los alumnos vallisoletanos están preparando un blog en el que compartirán sus experiencias y percepciones respecto a su participación en este proyecto experimental. También a través de las redes sociales, Twitter (@rutamedelca) y Facebook (https://es-es.facebook.com/rutaMedelca/), se seguirán difundiendo las prácticas y modos de vida neolíticos en el marco del proyecto.

La tumba neolítica del Alto del Reinoso (Burgos) revela fuertes vínculos comunitarios en la vida y también en la muerte, según un estudio en el que participa la UVa

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

El yacimiento funerario neolítico del Alto del Reinoso, en Burgos, contiene los restos de una comunidad local con estrechos vínculos de parentesco, de acuerdo con un estudio publicado hoy en la revista ‘PLOS ONE’ liderado por Kurt W. Alt, de Universidad Privada del Danubio (Austria), director del equipo de Antropología Física y Genética; Manuel A. Rojo-Guerra, de la Universidad de Valladolid (UVa), director del equipo arqueológico; y Rafael Garrido-Pena, de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), miembro destacado del mismo, junto a otros investigadores.

Los grupos neolíticos introdujeron nuevos rituales funerarios como las sepulturas megalíticas, que fueron utilizadas a lo largo de extensos periodos de tiempo como enterramientos colectivos y lugares de celebración de diferentes ritos y ceremonias. A través de este estudio, los investigadores examinan la tumba megalítica del Alto del Reinoso y proporcionan una interpretación general sobre la comunidad que la usó como sepulcro comunal, utilizando para ello diversas técnicas arqueológicas y genéticas así como análisis de isótopos, entre otros estudios.

Los investigadores han identificado al menos 47 individuos, tanto adultos como adolescentes, que fueron enterrados en esta tumba durante un periodo de, al menos, 100 años. A partir de los datos genéticos y de isótopos, los autores sugieren que la sepultura contuvo los restos de una serie de grupos familiares pertenecientes a una misma comunidad con estrechos vínculos de parentesco. Estas sociedades desarrollaban plenamente la agricultura cerealista y una ganadería de ovejas y cabras.

Como apunta el docente e investigador de la UVa Manuel A. Rojo-Guerra, la tumba consta de dos niveles diferentes. “En un primer nivel los individuos están depositados completos y en conexión anatómica. En la parte inferior de la sepultura estaban más estrechamente relacionados entre sí, hasta el punto de haberse documentado algunos que se entierran juntos, que finalmente han resultado ser familiares, según su perfil genético. Sobre este nivel se encontró otro donde los restos óseos aparecieron desarticulados y recolocados, ya que faltan determinadas partes del esqueleto y se han descubierto conjuntos de huesos intencionadamente colocados junto a diversas ofrendas como cuentas de collar de piedra, espátulas de hueso votivas, etc.”, detalla.

Por otro lado, mediante la conjunción de técnicas tan diversas como el ADN, los isótopos de estroncio y carbono/nitrógeno o el carbono 14, el estudio ha podido proporcionar una visión inusualmente detallada de una comunidad humana sedentaria neolítica, de hace casi 6000 años: su estilo de vida, perfiles demográficos, salud, dieta, subsistencia, patrones de movilidad y vínculos genéticos. “Todo ello demuestra que estos grupos humanos exhibían vínculos familiares muy estrechos y un fuerte sentimiento comunitario, que se manifestaba no solo en su vida social sino también en su última morada”, subraya el investigador de la UVa.

Características de la comunidad
Del número mínimo de 47 individuos identificados, de ambos sexos y diferentes grupos de edad, existe una escasa representación de infantiles, especialmente entre 0-6 años. Estos individuos presentan un número moderado de patologías como artrosis, fracturas curadas, traumas craneales y una baja frecuencia de caries. El estudio de los isótopos apunta hacia la presencia de una dieta muy homogénea en todos los individuos.

Los análisis de ADN obtuvieron resultados positivos en 26 de los 27 individuos muestreados, lo que apunta a la presencia de un grupo humano local con fuertes vínculos de parentesco por vía matrilineal. Incluso algunos de los inhumados que aparecen en conexión anatómica y muy próximos, o incluso abrazados, en el nivel inferior del osario, muestran fuertes lazos de parentesco. Los análisis de los isótopos de estroncio demuestran que sólo unos pocos individuos procedían de entornos geológicos diferentes a los locales, lo que refuerza la posibilidad de que se tratara de la sepultura de un grupo local homogéneo.

Por otro lado, los ajuares funerarios descubiertos resultan muy semejantes a los documentados en otros monumentos contemporáneos de la Meseta Norte; láminas y microlitos geométricos de sílex en la industria lítica tallada, hachas de piedra pulimentada, cuentas de collar de diversas materias primas (piedras verdes, lignito, pizarra, etc.), y punzones y espátulas en la industria ósea. Todo ello sugiere una cronología del IV milenio antes de Cristo, lo que han corroborado las tres dataciones radiocarbónicas realizadas a diferentes huesos de la tumba, que los han situado en un periodo entre el 3700 y 3600 antes de Cristo.

En cotas superiores, sobre lo poco que quedó del túmulo de piedras, se descubrieron los restos muy deteriorados de una inhumación intrusiva de la Edad del Bronce, que demuestran una reutilización muy posterior del monumento, bien entrado el II milenio antes de Cristo.

Excavaciones desarrolladas en 2006 y 2007 por un equipo de la UVa
Las excavaciones llevadas a cabo en el yacimiento fueron promovidas y financiadas por la Junta de Castilla y León y desarrolladas por un equipo de la Universidad de Valladolid, dirigidas por el profesor Manuel Rojo Guerra, a lo largo de dos campañas durante los años 2006 y 2007. El yacimiento se ubica en una pequeña loma al pie del puerto de La Brújula, donde se dividen los términos municipales de Fresno y Monasterio de Rodilla. Los trabajos agrícolas habían destruido casi por completo la frágil coraza tumular y llegaron a afectar a una parte periférica del osario, por lo que afloraron en superficie algunos huesos humanos y restos de ajuares (un microlito geométrico de sílex y una cuenta de collar de piedra).

El equipo, no obstante, pudo documentar un osario de extraordinaria densidad albergado en un pequeño espacio circular, de apenas 3’5 metros de diámetro. En él se documentó un potente paquete de huesos en posición secundaria, con escasas conexiones anatómicas parciales.

También se apreciaron fenómenos de reordenación de los huesos muy significativos. Algunas calotas craneales se hallaron enmarcadas por huesos largos, incluso con ofrendas cuidadosamente depositadas bajo ellas, por ejemplo cuentas de collar de piedra o espátulas de hueso. Buena parte de los cráneos se colocaron en el perímetro del osario, y algunos juntos y alineados mirando en la misma dirección. También se hallaron paquetes de huesos largos reunidos en ciertas partes del mismo. Sin embargo, añade el investigador, “no es raro documentar este tipo de manipulaciones y reordenaciones en los osarios megalíticos de la cuenca del Duero, que se inscriben en los rituales de tipo secundario que debieron rodear el llamado ‘culto a los muertos’”.

Según explica Manuel Rojo Guerra, “resulta evidente que estamos ante un espacio funerario de uso diacrónico, que ha generado un notable osario acumulado a lo largo del tiempo, donde los huesos, una vez descompuestos los cuerpos allí depositados, se manipularon y recolocaron”. Esta circunstancia, unida a su evidente contorno circular, “indica claramente que hubo de estar protegido por una estructura cerrada de esas características”.

Dado que no se han documentado restos de cimentación o zócalo, los investigadores creen que dicha estructura desparecida sería una especie de choza vegetal, similar a las frágiles cabañas que tendrían en sus asentamientos, sólo que dedicada a albergar a los difuntos. “En un momento determinado, cuando sus usuarios decidieron dar por terminado el periodo de uso de la misma, procedieron a desmontarla y convertirla en un monumento funerario a la memoria de los antepasados allí depositados. Para ello, tras dejar libre el osario del recinto delimitador, procedieron a clausurarlo construyendo sobre él un túmulo de piedras calizas, que selló definitivamente su contenido”, concluye el investigador de la UVa.

Referencia bibliográfica:
Alt, K.W., Zesch, S., Garrido-Pena, R., Knipper, C., Szécsényi-Nagy, A., Roth, C., … y Rojo-Guerra, M. (2016). “A Community in Life and Death: The Late Neolithic Megalithic Tomb at Alto de Reinoso (Burgos, Spain)”. PLoS ONE 11(1): e0146176. doi:10.1371/journal.pone.0146176

 

El-equipo-de-la-UVa-ha-realizado-excavaciones-en-el-yacimiento-del-Alto-del-Reinoso-en-2006-y-2007.-Imagen-cortesia-de-Manuel-Rojo-Guerra.JPG_116528909 Materiales-recuperados-en-el-yacimiento-del-Alto-del-Reinoso.-Imagen-cortesia-de-Manuel-Rojo-Guerra.jpg_116525993