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LA UNIVERSIDAD DE VALLADOLID PROMUEVE UN GRUPO DE INVESTIGACIÓN INTERUNIVERSITARIO SOBRE TEATRO CLÁSICO ESPAÑOL

La Junta de Castilla y León ha concedido el distintivo de Unidad de Investigación Consolidada a un grupo de seis profesores de las universidades de Valladolid, Salamanca, León y Burgos que investigan en torno al teatro clásico español (siglos XVI y XVII). En concreto, el denominado Grupo Olmedo de Teatro Áureo (GOTA), está formado por dos profesores de la Universidad de Valladolid, Germán Vega García-Luengos y Héctor Urzáiz Tortajada; dos profesores de la Universidad de Salamanca, Miguel García-Bermejo Giner y Javier San José Lera; una profesora de la Universidad de Burgos, María Luisa Lobato López, y un profesor de la Universidad de León, Juan Matas Caballero.

El equipo está coordinado por Germán Vega García-Luengos, catedrático del Departamento de Literatura Española y Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de Valladolid (UVa), quien explica el origen de la iniciativa.

“Trabajamos juntos desde hace varios años en el marco de varios proyectos, como el del Programa Consolider del Ministerio de Economía y Competitividad titulado ‘TC/12: Patrimonio Teatral Clásico Español’, y también en las Jornadas de Olmedo Clásico, la parte más académica del festival que se desarrolla paralelamente al mismo y que hemos dirigido desde su creación, hace diez años. Asimismo, coordinamos distintos portales sobre teatro clásico en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, el espacio de referencia de la cultura hispánica en Internet”, recuerda el docente e investigador de la UVa.

En relación al programa Consolider, reservado a equipos de investigación de alto nivel, el proyecto ‘TC/12: Patrimonio Teatral Clásico Español’ fue una de las escasas propuestas concedidas al área de las Humanidades, englobando distintas líneas y proyectos y a más de 150 investigadores de 12 centros académicos, coordinados por la Universidad de Valencia. Tras cinco años de trabajo, la iniciativa tendrá continuidad gracias a la concesión de un proyecto de la convocatoria 2015 de Acciones de dinamización ‘Redes de Excelencia’.

El objetivo tanto de este proyecto a nivel nacional como de la nueva Unidad de Investigación Consolidada a nivel autonómico no es otro que potenciar la investigación en torno al teatro clásico español y la proyección del mismo a la actualidad, favoreciendo su constitución en un factor cultural y económico de primer orden. 

La labor fundamental de los miembros de la Unidad de Investigación Consolidada se centra actualmente en la edición crítica de obras de teatro del Siglo de Oro. “Existe un volumen impresionante de textos en el teatro clásico español y no se ha prestado mucha atención a lo fundamental, su recuperación en las mejores condiciones. Es una labor que supone un enorme trabajo de recopilación de fuentes primarias, de manuscritos e impresos antiguos, ya que para hacer una edición crítica primero hay que recuperar todas las copias disponibles. Después hay que cotejarlas rigurosamente para establecer la relación entre ellas y determinar cuál está más cerca de la voluntad original del dramaturgo. También es necesario corregir los errores de la transmisión y realizar un estudio completo de cada una de las obras desde el punto de vista cultural y social, analizando el contexto, la fecha de escritura, de representación, los temas o los personajes”, detalla Germán Vega García-Luengos.

Los investigadores de la Universidad de Valladolid se ocupan hoy en día de la edición crítica de las obras del dramaturgo Felipe Godínez (1582-1659) y de la censura teatral, mientras que los de la Universidad de Salamanca se centran en autores como Lucas Fernández (1474-1542) y del teatro salmantino del siglo XVI, uno de los capítulos fundamentales del teatro renacentista.

Por su parte, la profesora de la Universidad de Burgos coordina la edición crítica de Agustín Moreto (1618-1669) y el profesor de la Universidad de León trabaja sobre la comedia en colaboración del siglo XVII, un género específico con interesantes implicaciones desde el punto de vista sociológico.

Un importante apoyo para iniciar nuevos proyectos
Respecto al reconocimiento de Unidad de Investigación Consolidada por parte de la Junta de Castilla y León, Germán Vega García-Luengos señala que ha supuesto “un importante apoyo” que permitirá “aprovechar las claras relaciones que el grupo tiene a nivel profesional para poder desarrollar proyectos concretos en el futuro”. Las Unidades de Investigación Consolidada son un distintivo creado por la Administración autonómica para identificar a aquellos grupos de investigación que desarrollan principalmente su actividad en Castilla y León y que cuentan con un mayor nivel de calidad y de producción científica.

En el caso del teatro clásico español, a su juicio, “es uno de los campos de investigación más fértiles dentro del área de las Humanidades”, siendo también hoy en día “uno de los capítulos de la cultura española que más actividad tiene a juzgar por el número de compañías, de espectáculos y de festivales centrados en esta temática”.

Un ejemplo claro es el festival Olmedo Clásico, que desde 2006 combina espectáculos con un apartado de debate y reflexión. “En Olmedo se pone de manifiesto que el teatro clásico todavía tiene posibilidades de llegar a la gente y eso se demuestra en que cada vez se va consiguiendo un mayor volumen de espectadores y de actividad. Dentro del festival, las Jornadas suponen un punto de encuentro para reflexionar sobre el teatro, para exponer novedades, proyectos, etc. El formato más exitoso es la mesa redonda con tiempo para el debate en la que reunimos a personas de las distintas áreas implicadas en el teatro del Siglo de Oro, directores de teatro, actores, gestores, filólogos, críticos, investigadores, etc. en un diálogo vivo”, destaca.

Una de las ediciones más destacadas de estos encuentros tuvo lugar en 2013, cuando se celebró un congreso general del proyecto Consolider, congregando a más de 150 expertos procedentes de distintas partes del mundo con el objetivo de tratar la actualidad y las nuevas perspectivas del patrimonio teatral del Siglo de Oro.

“Existe una fructífera relación entre la gente que estudia el teatro clásico y la gente que actúa. Los investigadores recuperan los textos para que los especialistas y los alumnos los estudien y también para que las compañías se puedan interesar en representarlos, como ha sucedido con 'Mujeres y criados', una comedia inédita de Lope de Vega hallada en el 2010 en la Biblioteca Nacional por un miembro del grupo ProLope de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB)”, ilustra el profesor de la UVa, una comedia que inmediatamente ha sido llevada a los escenarios por la compañía Fundación Siglo de Oro con gran éxito de público y crítica, fenómeno que se estudió en las últimas Jornadas de Olmedo.

EL “GRUPO DE INGENIERÍA BIOMÉDICA” Y LA EMPRESA PROSOL, PREMIOS DE INVESTIGACIÓN 2016 DEL CONSEJO SOCIAL

Fuente: Consejo Social de la UVa

El Grupo de Investigación Reconocido “Grupo de Ingeniería Biomédica” y la empresa palentina Prosol han sido distinguidos con los Premios de Investigación 2016 con los que el Consejo Social de la Universidad de Valladolid reconoce la labor de investigación que se realiza en el seno de la UVa y especialmente aquella que favorece la transferencia del conocimiento hacia la Sociedad.

Los premios, de carácter anual, constan de dos modalidades, una de las cuales se dirige a premiar la consecución de contratos de investigación y desarrollo de actividades con empresas e instituciones realizadas por departamentos, institutos universitarios y grupos de investigación reconocidos (GIR) y también por primera vez en esta edición, a cátedras y centros de estudios de la UVa.

En este caso, el jurado ha acordado otorgar el galardón al GIR “Ingeniería Biomédica” por su extensa y prolífica actividad investigadora y, especialmente, por su intensa relación con el tejido productivo que favorece la transferencia de conocimiento, lo que se ha traducido en la formalización de 46 contratos con empresas y administraciones con un importe cercano a 2 millones de euros y 11 contratos de formación por importe de 165.000 euros.

Coordinado por Roberto Hornero Sánchez, catedrático del Departamento de Teoría de la Señal y Comunicaciones e Ingeniería Telemática de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación de la UVa, este GIR es un grupo multidisciplinar de investigación formado actualmente por 6 médicos, 4 profesores de la E.T.S.I. Telecomunicación y 11 investigadores contratados con los diferentes proyectos de investigación.

Todos ellos trabajan conjuntamente en 4 líneas de investigación que se dirigen a desarrollar métodos de análisis de señales biomédicas para la ayuda en el diagnóstico de diferentes patologías, analizar imágenes de retinografías para la detección automática de los signos característicos de la retinopatía diabética, el desarrollo e implantación de servicios de telemedicina y el diseño y desarrollo de sistemas de ayuda a discapacitados o personas con alteraciones del lenguaje y comunicación mediante sistemas Brain Computer Interface (BCI).

Además de los numerosos contratos con empresas e instituciones, la labor del GIR también ha comprendido su participación en 44 proyectos I+D regionales, nacionales e internacionales por importe global superior a 2,1 millones de euros y en 13 proyectos de innovación docente.

Fruto de todo ello es la obtención de 3 patentes en Estados Unidos, dos de ellas en explotación, y una patente en España así como 4 registros de la Propiedad Intelectual en España

Los investigadores del GIR participan además en 6 redes de investigación y han elaborado además más de 380 publicaciones científicas, libros y ponencias en congresos nacionales e internacionales y han dirigido 12 tesis doctorales, obteniendo 41 premios.

En el año 2015 el GIR fue reconocido como Unidad de Investigación Consolidada (UIC 060) por parte de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León

En esta modalidad, el Premio de Investigación Consejo Social tiene una dotación económica de 6.000 euros, que deberán destinarse a la adquisición de medios materiales relacionadas con la actividad investigadora del galardonado o a la publicación o divulgación de la misma.

Premio empresa

Los Premios de Investigación del Consejo Social consta de una segunda modalidad, de carácter honorífico, dirigida a reconocer a aquellas empresas e instituciones que destaquen especialmente por contratar actividades y proyectos de investigación, desarrollo científico e innovación tecnológica con la UVa.

Este es el caso de Prosol, del que el jurado ha destacado su apuesta por la I+D+i y el desarrollo de proyectos conjuntos con la Universidad de Valladolid a través de acuerdos de investigación.

Esta compañía fabrica más de 12 millones de tazas diarias de productos de café para las marcas privadas líderes del mercado en más de 20 países. La compañía nace en 1998 con una misión: ser la mejor alternativa con sus productos y servicios para la marca de sus clientes.

Prosol, que ha invertido 2 millones de euros en investigación en los últimos cinco años, forma un equipo coordinado y comprometido con la Universidad de Valladolid (UVa) para el desarrollo de I+D+i.  

Durante los últimos tres años ha trabajado estrechamente con el Departamento de Ingeniería Química y Tecnología del Medio Ambiente, que dirige la profesora María José Cocero, en el proyecto INFINITI y cuyo objetivo es aumentar la calidad sensorial del café soluble (mejora aromática).

La relación de Prosol con la UVa ha permitido, de hecho, que a lo largo de los últimos tres años 14 estudiantes hayan realizado prácticas en la compañía como becarios. Siete de ellos permanecen contratados en la empresa, desarrollando su labor en los departamentos de investigación.  

El jurado de los Premios de Investigación 2016 estuvo integrado por el presidente del Consejo Social, Gerardo Gutiérrez; el rector de la UVa, Daniel  Miguel San José; el vicerrector de Investigación, José Ramón López; el vicerrector de Economía, Alfonso Redondo; el vicerrector de Desarrollo e Innovación Tecnológica, Celedonio Álvarez; el presidente de la Comisión Académica del Consejo Social, César Milano; el presidente de la Comisión Económica, Jesús Jiménez; el presidente de la Comisión de Relaciones con la Sociedad, José Ramón Echevarría, y el secretario del Consejo Social, Pedro Valero, que actuó como secretario del jurado.

Palmarés

Con los Premios de Investigación, instaurados en el año 2007, el Consejo Social quiere mostrar la importancia que tiene el fomento de la investigación, el desarrollo científico y la innovación tecnológica para la Sociedad.

Asimismo, la convocatoria de estos premios se enmarca dentro de los objetivos del Consejo Social tendentes a impulsar la excelencia de la investigación universitaria y las políticas de transferencia y difusión de los resultados obtenidos en las actividades de investigación y su adecuación a las necesidades del territorio, con una mayor conexión con el tejido productivo.

En anteriores ediciones resultaron premiados en la modalidad de Departamentos, institutos universitarios y grupos de investigación el Instituto de Biología y Genética Molecular (I.B.G.M.) (2007); el Instituto de Historia Simancas (2009); el G.I.R. de "Tecnología Ambiental" (2010); el G.I.R. de Espectroscopía Raman e Infrarrojo de Cristales y Minerales (2011), el G.I.R. BIOFORGE (2012); el G.I.R. Ingeniería de Procesos a Presión (2013), y el G.I.R. Modelado, Biomédica y Visualización Avanzada del Patrimonio (MoBiVAP) (2014) y el Grupo de Investigación Reconocido “Física y Química de los sólidos”, que recibió el premio en la VIII edición convocada en 2015.

Por su parte, los galardonados en la modalidad Empresas e instituciones han sido Agroalimentaria Paraíso (2007); G. M. V. (2009); Grupo Antolín (2010); Bodegas Emilio Moro (2011); Telefónica i+D (2012); Agroseguro S. A. (2013), ABN Pipe Systems (2014) y Urbaser en la pasada edición.

 

CREAN UNA HERRAMIENTA CAPAZ DE PREDECIR REACCIONES ALÉRGICAS A FÁRMACOS A PARTIR DEL HISTORIAL MÉDICO

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

Investigadores de la Universidad de Valladolid (UVa), del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid, del Centro de Salud San Juan de Salamanca y de la Universidad de Salamanca han diseñado una herramienta matemática predictiva para el diagnóstico de reacciones alérgicas a fármacos a partir de los datos recogidos en el historial médico.

“Habitualmente recibimos en la consulta a pacientes que han tenido una reacción adversa grave con un determinado fármaco y que quieren saber si son alérgicos al mismo o no. Cuando todas las técnicas (pruebas cutáneas e ‘in vitro’) que les practicamos son negativas, la única manera de saber si el paciente es alérgico o no es provocándolo, administrándole pequeñas dosis del fármaco hasta que se produzca o no la reacción. Esto conlleva un control muy estricto y tiene sus riesgos porque el paciente puede sufrir la misma reacción o más grave”, detalla la investigadora. 

El trabajo, como explica la responsable del Servicio de Alergia del Hospital Universitario Río Hortega y profesora de la UVa Alicia Armentia, tiene su origen en una necesidad detectada en la práctica clínica diaria.

La decisión de provocar o no esta reacción en el paciente se toma en la actualidad de forma totalmente subjetiva, dependiendo en gran medida de la experiencia del profesional clínico. Por ello, los investigadores decidieron crear un modelo matemático, es decir, una herramienta objetiva, que permitiera estimar el posible daño que se le puede hacer a un paciente al someterle a la provocación.

El planteamiento de los investigadores fue deducir, a partir de los múltiples datos recogidos en la historia clínica, el porcentaje de riesgo a una reacción alérgica a medicamentos. En total, se evaluaron 696 principios activos de fármacos que habían sido administrados a 466 pacientes a lo largo de 14 años en el Servicio de Alergia del Hospital de Salamanca, y se reevaluó toda la historia clínica –sexo, edad en la que tuvo la reacción, antecedentes familiares alérgicos, enfermedades crónicas, anticuerpos altos a otros alérgenos, si tuvo que ser hospitalizado, el modo de administración del medicamento, etc.- para detectar cuáles de estas variables se correlacionaban más con una provocación positiva y, en definitiva, con un diagnóstico final.

Tras realizar un análisis estadístico –utilizando una técnica denominada regresión logística binaria simple-, el equipo científico construyó el modelo predictivo a partir de una decena de variables que resultaron muy significativas: sexo, edad en el momento de la reacción, número de fármacos implicados, periodo de latencia (cuanto menor era el tiempo que pasaba entre que se administraba el fármaco y se producía la reacción el paciente era mucho más sensible), número de dosis (si la reacción adversa se produjo con una o con varias), los síntomas sugestivos de alergia (urticaria, asma, etc.), el tipo de fármaco (analgésico, betalactámico -penicilinas- u otro) y el tiempo que tardaba el paciente en acudir a la consulta.

Importantes implicaciones para el paciente
Alicia Armentia destaca la importancia de disponer de un modelo de estas características. “Cuando un paciente acude a la consulta no queremos agravar la enfermedad de base pero tampoco dejarles sin una solución. Por ejemplo, una persona que padece un dolor crónico grave y que necesita analgésicos pero parece ser alérgico. Si aplicando el modelo estadístico este paciente tiene un 99% de posibilidades de una provocación positiva, no se aplica, pero si tiene un 10% sí, porque se puede mejorar mucho su calidad de vida”, señala.

Así, la herramienta ayuda al especialista a valorar mejor el daño y la calidad de vida que puede tener el paciente, y al paciente le evita posibles riesgos no aplicando sin garantías ninguna técnica que pueda poner en peligro su salud. “Esto es especialmente útil en gente mayor o niños pequeños, en los que una reacción grave puede ser muy peligrosa”, agrega la especialista.

La herramienta, que se encuentra actualmente en proceso de patente, es fruto del trabajo de un equipo interdisciplinar de investigadores procedentes de las áreas de Alergias, Atención Primaria, Estadística y Medicina Preventiva y Salud Pública, a lo largo de cinco años.

El modelo matemático, que se ha publicado recientemente en la revista ‘The Journal of Allergy and Clinical Immunology: In Practice’ de la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología, ha sido sometido a múltiples revisiones y aplicado también a casos clínicos en Estados Unidos, donde se ha comprobado su eficacia.

Referencia bibliográfica:
Hierro Santurino, B., Mateos Conde, J., Cabero Morán, M. T., Mirón Canelo, J. A., y Armentia Medina, A. (2016). “A Predictive Model for the Diagnosis of Allergic Drug Reactions According to the Medical History”. The Journal of Allergy and Clinical Immunology: In Practice.

EL CONSEJO SOCIAL DESTINA 127.000 EUROS PARA AYUDAR A QUE LOS ESTUDIANTES SE INICIEN EN TAREAS DE INVESTIGACIÓN

Fuente: Consejo Social de la UVa

El Consejo Social de la Universidad de Valladolid ha destinado un total de 127.000 euros para ayudar a que los estudiantes universitarios puedan iniciarse en tareas de investigación en departamentos y otros centros de la institución académica.

Esta cuantía procede de la renuncia a sus retribuciones por dietas y primas de asistencia a plenos y comisiones de los miembros del Consejo Social, lo que ha permitido que un total de 127 estudiantes se hayan beneficiado de este programa de becas desde su implantación en el curso 2012-2013.

El programa de Becas se enmarca en los objetivos del Consejo Social de fomentar la investigación, el desarrollo científico y la innovación tecnológica así como de impulsar la excelencia de la investigación universitaria y las políticas de transferencia y de difusión de sus resultados.

A esta línea de trabajo también responden otras iniciativas del Consejo Social como la creación de una Galería virtual de Becarios, que recoge los trabajos realizados por los estudiantes en este programa (http://consejosocial.inf.uva.es/galeria-de-becarios/), la instauración de los Premios de Investigación o la elaboración de un Catálogo de Servicios de la Actividad de Investigación de la UVa con toda la actividad de I+D+i que realizan los cerca de dos centenares de equipos investigadores que tiene activos la Universidad en sus cuatro campus.

En el curso actual son 29 los alumnos beneficiarios del programa de becas, cuyas experiencias pudieron compartir con el rector de la Universidad de Valladolid, Daniel Miguel, y el presidente del Consejo Social, Gerardo Gutiérrez, durante el encuentro que mantuvieron el 12 de abril junto con sus tutores en el Museo de la Universidad de Valladolid.

Se trata de alumnos procedentes de los 4 campus de la universidad que están finalizando estudios de segundo ciclo o de grado en las cinco ramas de conocimiento y también de primer curso de alguno de los másteres oficiales de la UVa.

Hasta el 31 de julio, están colaborando en tareas de investigación en un departamento universitario o instituto L.O.U., donde desarrollan un calendario de actividades de 30 horas mensuales hasta completar un total de 210 horas.

Al finalizar el periodo, cada alumno deberá presentar una memoria en la que describirá el trabajo que ha realizado y el director del departamento o instituto L.O.U. deberá redactar un informe en el que conste que el alumno ha cumplido satisfactoriamente las tareas encomendadas.

Para optar a estas becas, los alumnos hubieron de presentar un proyecto de investigación que tuviera conexión con su historial científico-técnico y, en su caso, con el proyecto fin de carrera que están realizando.

Asimismo, tenían que superar una nota media entre 6 y 7,5 puntos según la rama de conocimiento y acreditar un nivel de inglés intermedio mediante un certificado B2.

Con este requisito, instaurado en el curso anterior, el Consejo Social pretende valorar la formación integral del alumno para aumentar su competitividad y alentar su interés por que su educación adquiera una proyección internacional

CIENTÍFICOS DEL CESME PARTICIPAN EN UN ESTUDIO QUE ASOCIA UN FÁRMACO CON EL RIESGO DE PADECER SÍNDROME DE TÚNEL CARPIANO

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

Investigadores del Centro de Estudios sobre la Seguridad de los Medicamentos (CESME) de la Universidad de Valladolid (UVa), la Universidad Bielefeld (Alemania) y el King’s College de Londres (Reino Unido) han publicado recientemente un estudio en la revista científica ‘PlOS ONE’ en el que se asocia la exposición a bifosfonatos orales con un mayor riesgo de padecer síndrome del túnel carpiano, una afección común en la que se produce una compresión del nervio mediano -que se extiende entre el antebrazo y la mano- a la altura de la muñeca.

Los bifosfonatos son un grupo de medicamentos que se utilizan de forma habitual para prevenir fracturas por osteoporosis particularmente en las mujeres posmenopáusicas. A través del CESME, ubicado en la Facultad de Medicina de la UVa, que realiza la labor de farmacovigilancia en Castilla y León, se detectaron algunos casos aislados de síndrome del túnel carpiano que podrían estar relacionados con la exposición a estos fármacos. “Identificamos que podría existir una asociación entre la exposición a bifosfonatos orales y la aparición del síndrome del túnel carpiano, una inflamación en la muñeca que da lugar a dolor y a una cierta incapacidad funcional, por lo que decidimos realizar un estudio para comprobar esta hipótesis”, explica Alfonso Carvajal, catedrático de Farmacología y, en ese momento, director del centro de la UVa.

Para ello, los investigadores aprovecharon la colaboración que mantienen con el Departamento de Atención Primaria y Ciencias de la Salud Pública del King’s College de Londres, con acceso a una gran base de datos de historias clínicas en el Reino Unido, para realizar un estudio de cohortes, es decir, para poder comparar la frecuencia de una enfermedad entre dos grupos, un grupo expuesto a un determinado factor de riesgo –en este caso los bifosfonatos orales- y otro grupo control, no expuesto .

El equipo seleccionó una muestra de 59.475 mujeres mayores de 51 años, de las cuales 19.825 estuvieron expuestas a bifosfonatos orales; el resto, fueron no expuestas. En el grupo de las tratadas con esta medicación, se detectó la presencia de síndrome del túnel carpiano en un 1’2 por ciento de los casos, mientras que en el grupo de no tratadas con estos fármacos aparecía en un 0’8 por ciento. Tras realizar los ajustes estadísticos apropiados, los investigadores comprobaron que las mujeres que toman bifosfonatos orales tendrían casi un 40 por ciento más de riesgo de presentar síndrome del túnel carpiano en relación a (con) las que no lo hacen.

Implicaciones científicas y sanitarias
Alfonso Carvajal destaca la importancia de contar con este tipo de bases de datos para la realización de estudios epidemiológicos. “Estas muestras tan enormes son inconcebibles en los estudios clínicos convencionales y se pueden alcanzar gracias a estas grandes bases de datos que se han concebido y construido en los últimos años y que permiten realizar estudios de estas características para establecer incidencias y la razón de las mismas”, afirma.

El trabajo, que se ha desarrollado a lo largo de dos años, tiene un doble interés. “Por un lado, académico y científico, ya que no solo aportamos datos sino que explicamos el mecanismo biológico por el que este medicamento para la osteoporosis puede producir esa reacción”, precisa el experto. Por otro, un interés sanitario, “ya que hay muchas mujeres expuestas a esta medicación y este efecto adverso hay que tenerlo en cuenta, o bien tratando de determinar qué mujeres podrían ser más propensas a este síndrome, o bien incorporar de alguna manera esta información al medicamento y que los médicos puedan realizar un seguimiento”, agrega.

En este sentido, existen unos procedimientos establecidos. “Cuando se encuentra una asociación de este tipo hay que seguir las vías precisas para que las autoridades reguladoras tomen las medidas oportunas. En nuestro caso, como Centro de Farmacovigilancia en Castilla y León, lo hemos puesto en conocimiento de la Agencia Española de Medicamentos (AEMPS), que se encarga de transmitirlo a su vez a la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), y es en última instancia un comité de seguridad el que adopta qué medidas tomar, evaluando el riesgo-beneficio. Por ejemplo, puede establecer la modificación en la información acerca del fármaco y dar a conocer este problema a los profesionales sanitarios y a los potenciales pacientes”, detalla.

Tres décadas realizando tareas de farmacovigilancia
El actual Centro de Estudios sobre la Seguridad de los Medicamentos de la UVa comenzó las tareas de farmacovigilancia en Castilla y León en el año 1986 como centro piloto. En 1987 recibió la acreditación como Centro de Farmacovigilancia por parte de la Comisión Nacional de Farmacovigilancia y hoy en día sigue realizando esta actividad. El CESME forma parte de la red europea ENCePP de centros de farmacovigilancia organizada por la EMA.

Entre las funciones que desempeña el centro se encuentra el Programa de Notificación Espontánea de Reacciones Adversas a Medicamentos en Castilla y León; el asesoramiento a la Consejería de Sanidad y a los profesionales sanitarios sobre reacciones adversas a medicamentos, desarrollando la formación e información necesarias en materia de farmacovigilancia y facilitando a los mismos información sobre seguridad de los medicamentos; la realización de investigaciones en materia de Farmacovigilancia; la gestión del registro de las reacciones adversas que se hayan producido durante la realización de un ensayo clínico; y la información a las autoridades sanitarias de cualquier reacción adversa grave que requiera la adopción de medidas.

Referencia bibliográfica:
Carvajal, A., Martín Arias, L. H., Sáinz, M., Escudero, A., Fierro, I., Sauzet, O., Cornelius, V. R., Molokhia, M. (2016). “Carpal Tunnel Syndrome Associated with Ora Bisphosphonates. A Population-Based Cohort Study”. PLoS One. 14;11(1):e0146772. doi: 10.1371/journal.pone.0146772.

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