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EL CONSEJO SOCIAL HACE ENTREGA DE SUS PREMIOS DE INVESTIGACIÓN 2016

El Grupo de Investigación Reconocido “Grupo de Ingeniería Biomédica” y la empresa palentina Prosol recibieron hoy los Premios de Investigación 2016 con los que el Consejo Social de la Universidad de Valladolid reconoce su labor de investigación y especialmente aquella que favorece la transferencia del conocimiento hacia la Sociedad.

La entrega de los galardones tuvo lugar en el transcurso de un acto con el que el Consejo Social de la UVa ha querido mostrar la importancia que tiene el fomento de la investigación, el desarrollo científico y la innovación tecnológica para la Sociedad.

El acto estuvo presidido por el rector de la Universidad de Valladolid, Daniel Miguel San José, y el presidente del Consejo Social, Gerardo Gutiérrez, quienes fueron los encargados de hacer entrega de los galardones a los premiados.

En el acto también intervino el comisionado para la Ciencia y la Tecnología en Castilla y León, Juan Casado. Asimismo, estuvo presente el vicedecano de Grado y Estudiantes de la Facultad de Derecho, Javier García Medina.

El coordknador del “Grupo de Ingeniería Biomédica”, Roberto Hornero, recibió el galardón en nombre de este GIR, cuya trayectoria describió a lo largo de una exposición en la que detalló los trabajos de realizados por este grupo, cuya intensa actividad investigadora le ha permitido la formalización de 46 contratos con empresas y administraciones con un importe cercano a 2 millones de euros y 11 contratos de formación por importe de 165.000 euros.

Roberto Hornero, catedrático del Departamento de Teoría de la Señal y Comunicaciones e Ingeniería Telemática de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación de la UVa, explicó este GIR es un grupo multidisciplinar actualmente formado por 6 médicos, 4 profesores de la E.T.S.I. Telecomunicación y 11 investigadores contratados con los diferentes proyectos de investigación.

Todos ellos trabajan conjuntamente en 4 líneas de investigación que se dirigen a desarrollar métodos de análisis de señales biomédicas para la ayuda en el diagnóstico de diferentes patologías, analizar imágenes de retinografías para la detección automática de los signos característicos de la retinopatía diabética, el desarrollo e implantación de servicios de telemedicina y el diseño y desarrollo de sistemas de ayuda a discapacitados o personas con alteraciones del lenguaje y comunicación mediante sistemas Brain Computer Interface (BCI).

Además de los numerosos contratos con empresas e instituciones, la labor de este GIR también ha comprendido su participación en 44 proyectos I+D regionales, nacionales e internacionales por importe global superior a 2,1 millones de euros y en 13 proyectos de innovación docente.

Fruto de todo ello es la obtención de 3 patentes en Estados Unidos, dos de ellas en explotación, y una patente en España, así como 4 registros de la Propiedad Intelectual en España

Los investigadores del GIR participan también en 6 redes de investigación y han elaborado además más de 380 publicaciones científicas, libros y ponencias en congresos nacionales e internacionales y han dirigido 12 tesis doctorales El impacto de sus investigaciones ha sido reconocido tanto a nivel nacional como internacional mediante la concesión de más de 40 premios.

En el año 2015 el GIR fue distinguido como Unidad de Investigación Consolidada (UIC 060) por parte de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León

Premio empresa

Por su parte, la consejera delegada y el presidente de Prosol, Rocío Hervella y Julián Espegel, recogieron el Premio de Investigación en la modalidad de empresas, con el que el Consejo Social reconoce a aquellas compañías e instituciones que destacan especialmente por contratar actividades y proyectos de investigación, desarrollo científico e innovación tecnológica con la UVa.

En su exposición, la responsable de I+D+I de Prosol, Patricia García, destacó la apuesta por la investigación e innovación de esta compañía palentina y en especial el desarrollo de proyectos conjuntos a través de acuerdos de investigación con la Universidad de Valladolid, formando un equipo coordinado y comprometido para el desarrollo de I+D+i.  

De hecho, recordó que en los últimos 5 años la firma ha invertido 2 millones de euros en investigación y desde hace 3 trabaja estrechamente con el Departamento de Ingeniería Química y Tecnología del Medio Ambiente, que dirige la profesora María José Cocero, en el proyecto INFINITI, cuyo objetivo es aumentar la calidad sensorial del café soluble (mejora aromática).

Esta estrecha relación de Prosol con la UVa ha permitido también que a lo largo de los últimos tres años 14 estudiantes hayan realizado prácticas en la compañía como becarios, de los que 7 permanecen actualmente contratados en la empresa, desarrollando su labor en los departamentos de investigación.

El modelo de la empresa palentina confía en el trabajo colaborativo con proveedores, universidades y centros tecnológicos, una cooperación que ha permitido a Prosol el desarrollo de una gama de productos que marca la diferencia entre los fabricantes de café soluble.

La fuerte inversión tecnológica de la compañía ha dado además como resultado no sólo nuevas líneas de envasado pioneras en el mercado, sino también mejorar el proceso del producto, manteniendo la totalidad de las sustancias volátiles del café sin pérdidas aromáticas.

Actuamente Prosol fabrica más de 12 millones de tazas diarias de productos de café para las marcas privadas líderes del mercado en más de 20 países.

La compañía, 100% española y con sede en la localidad palentina de Venta de Baños, nació en 1998 con una misión, la de ser la mejor alternativa con sus productos y servicios para la marca de sus clientes, y desde el año 2001 es interproveedor de Mercadona.

Premios

De carácter anual, los Premios de Investigación del Consejo Social tienen como finalidad reconocer la labor de investigación que se realiza en el seno de la Universidad de Valladolid y especialmente aquella que favorece la transferencia del conocimiento hacia la Sociedad.

Para ello, los premios están articulados en dos modalidades una de ellas dirigida a premiar la consecución de contratos de investigación y desarrollo de actividades con empresas e instituciones realizadas por grupos de la universidad y una segunda categoría que distingue a empresas que desarrollan proyectos conjuntos con la UVa.

En la categoría de empresas el premio es honorífico mientras que en la modalidad de departamentos, institutos universitarios y grupos de investigación reconocidos (GIR) y también por primera vez en esta edición, cátedras y centros de estudios de la UVa tiene una dotación económica de 6.000 euros, que deberán destinarse a la adquisición de medios materiales relacionados con la actividad investigadora del galardonado o a la publicación o divulgación de la misma.

La convocatoria de estos premios se enmarca dentro de los objetivos del Consejo Social tendentes a impulsar la excelencia de la investigación universitaria y las políticas de transferencia y difusión de los resultados obtenidos en las actividades de investigación y su adecuación a las necesidades del territorio, con una mayor conexión con el tejido productivo.

El jurado de los Premios de Investigación 2016 estuvo integrado por el presidente del Consejo Social, Gerardo Gutiérrez; el rector de la UVa, Daniel  Miguel San José; el vicerrector de Investigación, José Ramón López; el vicerrector de Economía, Alfonso Redondo; el vicerrector de Desarrollo e Innovación Tecnológica, Celedonio Álvarez; el presidente de la Comisión Académica del Consejo Social, César Milano; el presidente de la Comisión Económica, Jesús Jiménez; el presidente de la Comisión de Relaciones con la Sociedad, José Ramón Echevarría, y el secretario del Consejo Social, Pedro Valero, que actuó como secretario del jurado.

En anteriores ediciones resultaron premiados en la modalidad de Departamentos, institutos universitarios y grupos de investigación el Instituto de Biología y Genética Molecular (I.B.G.M.) (2007); el Instituto de Historia Simancas (2009); el G.I.R. de "Tecnología Ambiental" (2010); el G.I.R. de Espectroscopía Raman e Infrarrojo de Cristales y Minerales (2011), el G.I.R. BIOFORGE (2012); el G.I.R. Ingeniería de Procesos a Presión (2013), y el G.I.R. Modelado, Biomédica y Visualización Avanzada del Patrimonio (MoBiVAP) (2014) y el Grupo de Investigación Reconocido “Física y Química de los sólidos”, que recibió el premio en la VIII edición convocada en 2015.

Por su parte, los galardonados en la modalidad Empresas e instituciones han sido Agroalimentaria Paraíso (2007); G. M. V. (2009); Grupo Antolín (2010); Bodegas Emilio Moro (2011); Telefónica i+D (2012); Agroseguro S. A. (2013), ABN Pipe Systems (2014) y Urbaser en la pasada edición.

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Investigadores del Grupo de Ingeniería Biomédica desarrollan pruebas simplificadas capaces de diagnosticar apnea del sueño con una precisión mayor al 90%

Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa

Investigadores del Grupo de Ingeniería Biomédica (GIB) de la Universidad de Valladolid (UVa) trabajan en el desarrollo de pruebas simplificadas del Síndrome de la Apnea-Hipopnea del Sueño (SAHS) a partir del análisis automático de diferentes tipos de señales fisiológicas, principalmente el nivel de saturación de oxígeno en sangre y el flujo aéreo.

En sus últimos estudios, el equipo científico ha logrado una capacidad diagnóstica de más del 90 por ciento, lo que permitiría, en un futuro, realizar las pruebas para la detección de la apnea en el propio domicilio del paciente, reducir la complejidad en el diagnóstico y disminuir así el coste sanitario y las listas de espera que actualmente manejan las saturadas unidades del sueño de los hospitales españoles.

Como recuerda Gonzalo Gutiérrez, investigador del GIB que ha centrado su tesis doctoral en esta materia, el Síndrome de la Apnea-Hipopnea del Sueño es un trastorno respiratorio caracterizado por episodios repetitivos de cese completo (apnea) o reducción notable (hipopnea) de la respiración durante el sueño.

Su prevalencia oscila entre el 2 y el 5 por ciento de la población adulta y en algunos estudios se pone de manifiesto que un alto porcentaje de los enfermos (hasta el 90 por ciento de los casos en hombres y el 98 por ciento de los casos en mujeres) podría no estar diagnosticado. La apnea conlleva una serie de problemas a corto y medio plazo, como una reducción notable de la calidad de vida del paciente, que en algunos casos deriva en accidentes de tráfico y laborales debidos a una excesiva somnolencia diurna. E incluso, a largo plazo, puede dar lugar a complicaciones severas de tipo cardiovascular.

La obesidad es uno de los factores de riesgo más importantes asociados a esta enfermedad. La apnea se produce cuando las vías respiratorias superiores se obstruyen, lo que puede originarse con el aumento del tejido adiposo alrededor de la zona del cuello, debido al exceso de peso. En este sentido, advierte el investigador, “la actual epidemia de obesidad que existe en los países occidentales está dando lugar a una mayor incidencia del Síndrome de la Apnea-Hipopnea del Sueño, que es comparable ya a la de la diabetes, mientras que los servicios de salud no están preparados para atender a todas estas personas”.

En relación al diagnóstico, actualmente el método de referencia es la polisomnografía (PSG), que consiste en la monitorización del paciente en una unidad del sueño especializada bajo supervisión de personal cualificado. Durante esta prueba, se registran más de 30 variables fisiológicas que posteriormente son estudiadas por el médico especialista, quien finalmente realiza el diagnóstico y evalúa el grado de severidad de la enfermedad.

Sin embargo, esta prueba conlleva diversos problemas: requiere la hospitalización del paciente durante una noche, con la consiguiente incomodidad para el mismo; supone unos elevados costes sanitarios en equipamiento y personal cualificado; obliga al especialista a analizar manualmente registros de unas ocho horas de duración, y colapsa las unidades del sueño, incapaces de hacer frente a un número creciente de afectados.

“Por todo ello, nuestro objetivo es simplificar esa prueba. Desarrollamos métodos de ayuda al diagnóstico mediante la utilización de un número muy reducido de señales fisiológicas, en concreto, tratamos de utilizar una única señal. Esto es posible gracias al uso de modelos matemáticos de reconocimiento de patrones, que permiten extraer de forma automática información que no es perceptible a simple vista por un especialista”, detalla Gonzalo Gutiérrez.

Tres tipos de señales fisiológicas
Los investigadores de la UVa han trabajado principalmente con tres de las señales fisiológicas que se recogen habitualmente durante las polisomnografías: la pulsioximetría o saturación de oxígeno en sangre, que mide de forma no invasiva el oxígeno transportado por la hemoglobina; la señal de flujo aéreo, que representa la cantidad de aire inhalado y exhalado por el paciente, cuyo registro se realiza con dos tipos de sensores diferentes; y la variabilidad del ritmo cardiaco, que calcula el tiempo de los intervalos entre latido y latido.

Para ello han contado con la colaboración del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid que dirige el doctor Félix del Campo, que ha aportado los datos necesarios procedentes de las polisomnografías que realizan habitualmente en el Servicio, con el consentimiento informado de los pacientes. “Tratamos con bases de datos amplias, de entre 150 y 300 pacientes, para que los resultados sean generalizables”, apunta el Gonzalo Gutiérrez, quien añade que los estudios han sido llevados a cabo en adultos y también en niños, en colaboración con la Unidad Multidisciplinar de Sueño y Ventilación del Hospital universitario de Brugos, ya que algunas investigaciones destacan la importante incidencia de esta enfermedad en este grupo de edad, cercana al 6 por ciento, debido a la obesidad y a otros factores de riesgo como la obstrucción que producen las anginas.

Respecto a los resultados, “a nivel de rendimiento diagnóstico hemos obtenido muy buenos resultados tanto con la señal de pulsioximetría como con la señal de flujo aéreo, llegando en ambos casos a más del 90 por ciento de precisión diagnóstica. En el caso de la señal de variabilidad del ritmo cardiaco también hemos conseguido buenos resultados pero no tan altos, concretamente, un 86 por ciento de precisión diagnóstica”, explica.

Cribado de pacientes
Los investigadores de la UVa han diseñado además algunos protocolos de cribado previo de pacientes, lo que permitiría reducir la realización de polisomnografías en el hospital hasta en un 40 por ciento. De este modo, “se reduce la necesidad de llevar a cabo pruebas completas, disminuyendo las listas de espera, ahorrando costes sanitarios, acelerando el acceso tanto al diagnóstico como al tratamiento y evitando que el paciente tenga que dormir en el hospital, ya que estos sensores se pueden trasladar fácilmente a su domicilio, tomando unos registros más representativos del sueño habitual del paciente”, concluye.

El Grupo de Ingeniería Biomédica (GIB), coordinado por el catedrático del Departamento de Teoría de la Señal y Comunicaciones e Ingeniería Telemática de la UVa Roberto Hornero Sánchez, que ha obtenido la calificación de Unidad de Investigación Consolidada por parte de la Junta de Castilla y León, prevé seguir investigando en esta línea.

“Contamos con varios proyectos encaminados a realizar las pruebas disgnósticas simplificadas en el domicilio del paciente, utilizando incluso el ‘smartphone’, una tecnología más accesible. También queremos analizar si los resultados obtenidos con señales adquiridas en los centros hospitalarios se ven refrendadas analizando las señales tomadas en el domicilio del paciente. Y también queremos avanzar en la línea de apnea pediátrica, un campo poco estudiado hasta el momento”, adelanta Gutiérrez.

Referencias bibliográficas:
Gutiérrez-Tobal, G. C., Álvarez, D., Gomez-Pilar, J., del Campo, F., y Hornero, R. (2015). “Assessment of Time and Frequency Domain Entropies to Detect Sleep Apnoea in Heart Rate Variability Recordings from Men and Women”. Entropy, 17(1), 123-141. doi:10.3390/e17010123
Gutierrez-Tobal, G., C. Alvarez, D., del Campo, F., y Hornero, R. (2015). “Utility of AdaBoost to Detect Sleep Apnea-Hypopnea Syndrome from Single-Channel Airflow”. Biomedical Engineering. DOI: 10.1109/TBME.2015.2467188