Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa
Cuando se recupera una pieza o algún material arqueológico es posible obtener información sobre su contexto histórico a partir del trabajo de documentación que realizan los arqueólogos. Pero en los últimos años, los avances tecnológicos y la aplicación de técnicas que se utilizan en diversos campos –desde el estudio de microorganismos a la energía fotovoltaica- también en los ámbitos arqueológico e histórico están permitiendo extraer datos inéditos.
Técnicas como la Espectroscopia Raman o la Fluorescencia de Rayos X ayudan a “exprimir la información que podemos obtener de los materiales arqueológicos, conociendo su composición, su origen para determinar lugares de procedencia y, con ello, obtener una composición mucho más fidedigna de cómo se relacionaban, por ejemplo, etnias prerromanas con otros pueblos”, explica Carlos Sanz Mínguez, director del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg (CEVFW) y miembro del Grupo de Investigación de Materiales Históricos (AHMAT) de la Universidad de Valladolid (UVa).
Este Grupo, integrado por físicos, historiadores, arqueólogos y forenses, colabora desde hace una década en el análisis de los materiales arqueológicos recuperados en el yacimiento vacceo de Pintia, en el entorno de la localidad vallisoletana de Padilla de Duero. Este yacimiento, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), “es el mejor documentado tanto de la cultura vaccea (siglos IV-I antes de Cristo), que ocupó un amplia área de 45.000 kilómetros cuadrados en la parte central de la cuenca del Duero, como de toda la Edad del Hierro”, apunta Sanz Mínguez, quien destaca que, a través de esta colaboración multidisciplinar, “se están analizando desde cerámicas a residuos contenidos en los recipientes”.
Así, se ha podido conocer que en su día estos recipientes “contuvieron vino, cerveza, hidromiel, grasas animales y productos lácteos”. Incluso, gracias a estas analíticas, “se han descubierto algunos elementos extraños, de aspecto ligero y carbonoso, que ya sabemos que son betunes”, confirma el profesor de la UVa.
Mención aparte merecen los vidrios. Las cuentas de vidrio fueron bienes muy apreciados en la Protohistoria de la Península Ibérica. Su fabricación parece incompatible con los talleres locales y constituirían por tanto una prueba de relaciones comerciales con otras culturas con esta capacidad técnica. “Este tipo de materiales son bienes de prestigio en la época prerromana, son importados y pueden dar muchas pistas acerca de las relaciones comerciales de la cultura vaccea con otras culturas”, apunta Javier Pinto, profesor de la UVa y coordinador del Grupo AHMAT.
Pero los estudios detallados de estas piezas son muy escasos ya que son elementos que suelen recuperarse sin un contexto histórico claro. Pintia constituye una prodigiosa excepción en este sentido. Hasta el año 2018, se habían recuperado en las sucesivas campañas en este yacimiento, dirigidas por Sanz Mínguez, más de un millar de cuentas de vidrio procedentes de ajuares y ofrendas viáticas.
Una base de datos pionera a nivel nacional
Con el objetivo de descubrir la composición y la posible procedencia de estos vidrios, el equipo ha analizado 15 piezas representativas de la cultura vaccea. Gracias a la combinación de espectroscopia Raman y ESEM/EDX (siglas en inglés de microscopía electrónica de barrido ambiental y espectroscopia de rayos X de dispersión de energía), el equipo ha identificado diversas características que podrían estar relacionadas con diferentes talleres u orígenes. Por ejemplo, se determinó que las características de un sofisticado colgante bifacial eran compatibles con una posible procedencia cartaginesa.
Incluso, el estudio de algunas cuentas de vidrio bien conservadas pero térmicamente alteradas ha permitido estimar la temperatura máxima alcanzada durante la cremación de los cadáveres que las portaban, cercana a los 600 grados. De este modo, los diversos ajuares y ofrendas viáticas que se han localizado en las tumbas vacceas de Pintia muestran la relevancia y complejidad de los rituales funerarios en esta cultura.
“Estos materiales tienen mucho potencial y hemos decidido apostar por ellos. Hemos conseguido un proyecto de la Junta de Castilla y León para realizar una amplia selección de muestras, cercana a las 150-200, con el objetivo de elaborar una base de datos de composiciones y posibles orígenes que sería la primera de estas características a nivel nacional y una de las primeras a nivel europeo”, avanza Pinto. “Esto permitiría estudiar lo sucedido en otros yacimientos y compararlo con el nuestro para saber más sobre el origen de los materiales, las relaciones comerciales entre los diferentes pueblos, etc.”, añade.
Nueva campaña de medidas
Para seguir “exprimiendo” la información que pueden aportar estas piezas, el equipo tiene previsto realizar una campaña de medidas en octubre en la que aplicarán nuevas técnicas. De este modo, viajarán a las instalaciones de AGLAE en el Museo del Louvre, en París, para llevar a cabo análisis por haz de iones, y al sincrotrón BESSY-II, en Berlin, para realizar espectroscopía infrarroja.
Carmelo Prieto, catedrático de la UVa y miembro del equipo, pone en valor los resultados que está dando esta alianza multidisciplinar. “Hemos aportado a Pintia una caracterización morfológica de todos los materiales singulares, como los vidrios, y también de los materiales más habituales en cualquier yacimiento realizando estudios morfológicos y físico-químicos que nos permiten saber qué materiales se empleaban, qué tipo de decoración fue utilizada, si hubo intervenciones posteriores e incluso su estado de preservación, para aportar posibles pautas de restauración”, precisa.
En el caso de los materiales arqueológicos, es importante en estos estudios “que se trata de técnicas no destructivas como la microscopía óptica, la microscopía electrónica de barrido, la fluorescencia de rayos X o la difracción de rayos X, aunque quizá la joya de la corona sea la espectroscopía Raman, que es la que más valor nos aporta”, concluye el investigador.