Fuente: A. Álvarez/ Innovadores-Diario de Valladolid-El mundo
Algo tan insignificante como un hongo puede convertirse en una gran amenaza para las coníferas en Europa. Su nombre es Fusarium circinatum, apareció en Norteamérica pero ya se ha dispersado por todo el mundo y llama a las puertas de Europa. Un hongo con un alto riesgo de propagación, alentado por el cambio climático, que ataca a los pinos en montes y viveros causándoles la enfermedad del Chancro resinoso, en muchos casos mortal. De ahí la importancia del proyecto europeo Pinestrengh, con el que se pretende devolver «la fuerza a los pinos» para mantener a raya al Fusarium. Un proyecto que lidera un grupo de investigación del Instituto Universitario de Investigación en Gestión Forestal Sostenible de Palencia, IUGFS, con el catedrático Julio Díez Casero a la cabeza, en el que participan 35 países con el objetivo de entender al patógeno y controlar su propagación evitando su entrada en países que todavía no están infectados.