Fuente: Gabinete de Comunicación de la UVa
La Universidad de Valladolid (UVa), a través del Grupo de Investigación Bioforge (Materiales Avanzados y Nanobiotecnología), participa en un proyecto del VII Programa Marco de la Comisión Europea cuyo fin último es desarrollar un tratamiento para regenerar tejidos afectados por isquemia, o lo que es lo mismo, la restricción o disminución del flujo sanguíneo a través de las arterias de una determinada parte del organismo.
Es el caso de la cardiopatía isquémica, la causa más común de muerte en el mundo occidental, que tiene lugar cuando una arteria se estrecha u obstruye impidiendo la llegada de flujo sanguíneo al músculo del corazón (el miocardio), originando un infarto.
Pero la isquemia tiene un alcance más amplio, debida a causas como la acumulación de grasas y colesterol en las arterias (en el caso de la aterosclerosis), la coagulación causada por un accidente cerebrovascular o la inflamación que se produce en la colitis isquémica. Y, por el momento, no existen terapias efectivas para regenerar la función de los tejidos afectados por esa falta de suministro sanguíneo.
Así, el equipo científico que integra el proyecto AngioMatTrain (‘Development of Biomaterial-based Delivery Systems for Ischemic Conditions – An Integrated Pan-European Approach’), trabaja en tres aproximaciones terapéuticas basadas en el diseño de nuevos materiales capaces de inducir la generación de nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis terapéutica) para devolver el suministro y por tanto su función a estos tejidos dañados.
“Ahora no hay una terapia eficaz para regenerar esas zonas perdidas por problemas de isquemia y por ello, uno de los puntos fuertes del proyecto es ese, el estudio de nuevas estrategias terapéuticas para regenerar las zonas afectadas por una fuerte isquemia y que por tanto tienen poco acceso a nutrientes. El objetivo es paliar esa falta de riego sanguíneo desarrollando materiales que sean capaces de promover la regeneración de nuevos vasos y capilares para que vuelva a llegar el suministro y se pueda reestablecer esa zona afectada”, explica José Carlos Rodríguez Cabello, coordinador del Grupo Bioforge.
En concreto, el consorcio internacional aplicará estas nuevas estrategias a la cardiopatía isquémica, es decir, a la regeneración de la función del miocardio tras un infarto. El equipo de la UVA, experto en el campo de la ingeniería de tejidos, desarrollará materiales con propiedades especiales para este fin. “Buscamos materiales que promuevan, en primer lugar, la creación de nuevos vasos sanguíneos de forma controlada y dirigida en la zona y en las condiciones deseadas. En el proyecto hay un equipo multidisciplinar con biólogos y médicos que conocen cómo debería ser un buen sistema terapéutico en este sentido y nosotros contribuimos con nuestro conocimiento en ciencia de biomateriales, intentando encontrar materiales que cumplan con todas esas especificaciones junto con otras propiedades más generales pero igualmente importantes como la biocompatibilidad o la bioactividad”, subraya.
En AngioMatTrain participan también un hospital, el Hospital Universitario de Basilea (Suiza), y la empresa israelí Selyno Biomedica, que pondrán a prueba los sistemas propuestos en modelos preclínicos. Así, al final del proyecto, los investigadores esperan conocer cuál de las tres aproximaciones formuladas es más eficaz. Si finalmente la tecnología tiene interés, Selyno Biomedica y la empresa irlandesa VivaSure Medical prevén avanzar con las etapas de ensayo que marcan los organismos reguladores para una futura explotación comercial del tratamiento.
Formación de jóvenes investigadores
El segundo punto fuerte del proyecto radica en la formación de jóvenes investigadores en los distintos centros que forman el consorcio. Así, en el marco de AngioMatTrain una docena de jóvenes investigadores realizarán su tesis doctoral en este novedoso campo de trabajo, apoyando las actividades científicas propias del proyecto. Para incorporarse al mismo, los doctorandos se han sometido a un riguroso proceso de selección. En el caso del Grupo Bioforge de la UVa, realizarán su tesis doctoral dos investigadoras procedentes de Croacia y Albania.
El proyecto AngioMatTrain, dotado con 3’76 millones de euros por parte de la Comisión Europea –de los que la Universidad de Valladolid recibirá más de 486.000 euros-, está coordinado por la Universidad Nacional de Irlanda. Otras siete entidades de siete países (Grecia, Italia, España, Reino Unido, Suiza, Israel e Irlanda) participan en el proyecto, que comenzó en mayo de 2013 y se extenderá hasta abril de 2017.