Alumna investigadora: Claudia Escalada Anta
Estudios: Grado en Lenguas Modernas y sus Literaturas. Facultad de Filosofía y Letras. Departamento de Francés y Alemán.
Profesora/tutora: Dorine Bertrand
Resumen del proyecto:
Si bien el escritor siempre se ha interesado por la manera en que desarrolla su arte, esta reflexión autorreferencial aumenta exponencialmente en los autores francófonos del siglo XX. El advenimiento de las dos Guerras Mundiales y la aparición de las nuevas ciencias sociales (la psicología y la antropología) provocaron que el escritor contemporáneo se viera librado a la duda existencial, cuestionándose acerca del trabajo que realiza: los motivos que le llevan a escribir, los procedimientos teórico-prácticos que emplea y la opinión o los sentimientos que le merecen su tarea forman parte de estos interrogantes.
Nuestro proyecto se centra en dar respuesta a estos aspectos en las principales corrientes literarias que recorrieron el siglo pasado en el ámbito francófono europeo (Francia y Bélgica); así, hemos analizado algunos de los textos más significativos de cada periodo literario con el fin de establecer las diferencias en la concepción del acto literario que se perciben en cada autor escogido.
Sectores de aplicación:
Los resultados de este estudio serían de utilidad en los campos de Literatura Comparada y Teoría de la Literatura, ámbitos en los que se inscriben nuestras reflexiones.
Metodología empleada:
Para realizar este proyecto, nos hemos servido de las obras literarias donde se encuentran los extractos escogidos, así como de un manual teórico de literatura francesa.
Objetivos alcanzados:
Siguiendo un orden cronológico, hemos descubierto que Marcel Proust, mediante el ejercicio de su arte, consiguió detener el paso del tiempo: la escritura está tejida de antiguos recuerdos, que al ser recuperados por la memoria y traducidos sobre el papel, permiten que el escritor vuelva a vivir esos momentos.
Para André Breton, guía de los surrealistas, la escritura debe nacer del encuentro entre dos objetos inesperados para producir un material radicalmente inédito. Esta manera de crear literatura se pone de manifiesto en sus teorías sobre el azar objetivo y el cadáver exquisito.
El compromiso político que manifestaban los surrealistas cristaliza en la década de 1940 en las ideas del existencialista Jean-Paul Sartre: el objetivo de la literatura es mostrar la posición metafísica del escritor con respecto al mundo que le rodea.
Finalmente, los Nouveaux Romanciers defendieron una “escritura por la escritura”: la creatividad